La decisión del Tribunal Supremo español de sentenciar a Iñaki Urdangarin, cuñado de Felipe VI, a cinco años y diez meses de prisión y se convertirá en el primer familiar del rey de España que entra en prisión.

La condena, rebajada en cinco meses respecto a la dictada en primera instancia, supone un hito en el entorno de la Corona española, puesto que hasta ahora ninguna persona vinculada a ella se había visto en la tesitura del encarcelamiento.

Urdangarin, nacido en Zumarraga en 1968, dejó de pertenecer a la Familia Real en junio de 2014, al mismo tiempo que su esposa y la infanta Elena, la otra hermana del rey, cuando Felipe VI llegó al trono ese mismo año.

En diciembre de 2011 se le apartó de las actividades oficiales, poco antes de que fuera imputado por sus negocios en un caso de corrupción, conocido como «caso Nóos», junto a su socio, Diego Torres.

Desde ese momento, la brecha de Urdangarin con el rey Juan Carlos y su cuñado para entonces heredero de la corona empezó a agrandarse ante el daño que su conducta estaba generando a la institución monárquica en un contexto de crisis económica en España y de enfado ciudadano por la corrupción.

Los jueces permitieron hasta ahora a Urdangarin seguir viviendo con su mujer y sus cuatro hijos en Ginebra, donde recalaron desde que salieron en 2013 de España, donde el rey Felipe los alejó de todos los actos oficiales de la Casa Real y los despojó del título de duques de Palma de Mallorca. 


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