Cuba prevé cerrar el año con 4,3 millones de turistas, en lugar de los 5,1 millones que se habían calculado. Dicha disminución representa un 10% interanual menos, anunció este jueves el gobierno, que atribuyó el descenso al endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos y, específicamente, a la prohibición de los viajes en crucero a la isla.

La suspensión de los cruceros afectará a más de 560.000 estadounidenses en lo que resta del año, precisó Manuel Marrero, ministro de Turismo. El funcionario reconoció la compleja situación en un informe que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, presentó durante las sesiones del Parlamento con vistas al pleno de este sábado.

Hasta el momento Cuba ha recibido más de 2,4 millones de turistas, una cifra que no bastó para cumplir la previsión de junio, mes que registró un decrecimiento de 20%, señaló Marrero. A su vez, el funcionario vaticinó una situación similar en julio.

Las nuevas medidas de Estados Unidos, que prohibió en junio pasado los viajes en aviones privados, yates y cruceros, dificultan aún más las limitadas visitas de estadounidenses a la isla, restringidas por el embargo que ese país impone a Cuba desde 1962.

«Con estas nuevas regulaciones, la administración del presidente Donald Trump busca impedir que el régimen cubano y sus servicios militares, que controlan la industria del turismo en Cuba, accedan a dólares estadounidenses», explicó entonces una fuente del Departamento de Estado.

A pesar de las limitaciones, Estados Unidos se ubicó por detrás de Canadá como segundo mercado emisor al cierre de abril de este año, con 257.500 visitantes, según estadísticas del Ministerio de Turismo cubano.

55% de los viajeros estadounidenses llegó a Cuba en cruceros, una modalidad que creció 48% en ese periodo con respecto al mismo de 2018.

El ministro de Turismo advirtió que, aunque siguen los vuelos comerciales entre las dos naciones, reanudados tras el restablecimiento de relaciones bilaterales en 2015, esperan que las llegadas por esa vía también sufran algún impacto debido al temor que generan las medidas.

«De hecho, se han anulado varios grupos de visitantes que viajaban a la isla por vía aérea bajo la misma licencia de viaje», indicó Marrero, quien fue citado por la web oficial Cubadebate en una reseña de las sesiones parlamentarias, a las que no tiene acceso la prensa extranjera acreditada.

El titular informó, además, que agencias turísticas como Expedia Group, Hotelbeds USA y Cubasphere han sido multadas por sus operaciones en Cuba, que mantiene comunicación con estas empresas para conocer el alcance e implicaciones de estas medidas.

También mencionó la inclusión de varios hoteles cubanos en la lista negra del gobierno estadounidense, el cual prohíbe a sus ciudadanos hospedarse y usar estas instalaciones, que les pertenecen a empresas relacionadas con las Fuerzas Armadas cubanas.

Marrero indicó que varias plataformas turísticas han retirado muchos de los hoteles listados y prevé que ocurra algo similar con instalaciones ahora permitidas pero que puedan ser reclamadas en demandas por bienes y terrenos expropiados tras 1959 mediante la activación del Título III de la ley Helms-Burton de EE UU.

El ministro de Turismo insistió en que grupos hoteleros que operan en la isla, entre ellos los españoles Meliá, Iberostar y Barceló, han sido firmes en su apuesta por Cuba.

Advirtió que han elaborado un plan dirigido a flexibilizar la política comercial y a estimular los flujos de visitantes, y dirigido también a los cubanos residentes en el extranjero.

El turismo es la segunda fuente de ingresos de Cuba, después de la venta de servicios profesionales al exterior, lo que contribuye en 10% al producto interior bruto y genera aproximadamente medio millón de empleos.

En 2018 llegaron a la isla más de 4,7 millones de visitantes extranjeros, lo que representó un alza del 1,3% en comparación con 2017 y un nuevo récord, aunque la cifra no llegó a la meta propuesta de 5 millones de turistas.


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