El nuevo presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se impuso en las elecciones celebradas en la víspera con el mayor margen histórico de votos hasta la fecha en el país asiático, según mostró hoy el recuento total de la Comisión Nacional Electoral (NEC).

Con 100% de papeletas escrutadas, el político liberal obtuvo 13,42 millones de votos (41,08% del total) frente a 7,85 millones (24,03%) de su inmediato sucesor, el conservador Hong Yoon-pyo, lo que supone una diferencia de 5,57 millones de sufragios.

La cifra es la mayor diferencia en votos en la historia de las presidenciales surcoreanas, por encima de los 5,32 millones que el conservador Lee Myung-bak le sacó al liberal Chun Dong-young en 2007 (aunque el apoyo para Lee superó entonces en 12 puntos porcentuales al logrado por su rival, frente a los poco más de siete que Moon le ha sacado a Hong).

Por otro lado, el número de votos total acumulado por Moon está por debajo de los 15,77 millones que logró en 2012 la depuesta ex presidenta Park Geun-hye, que logró en aquella elección récord histórico de votos y apoyo (51,6 %).

Aquellos comicios de hace cuatro años estuvieron tan polarizados que el propio Moon obtuvo entonces más votos y apoyo (14,69 millones y 48%) que en las presidenciales celebradas ayer.

En cuanto a datos territoriales, en las demarcaciones de Incheon, Gyeonggi y Chungcheong del Norte se volvió a imponer el ganador de las presidenciales, como ha sucedido siempre desde que el país recuperó la democracia en 1987.

El distrito metropolitano de Incheon, que puede ser considerado un «estado barómetro» al estilo de Ohio en las presidenciales de EE UU, volvió a ser buen reflejo del sentir de todos los surcoreanos al conceder a Moon 41,2% de los votos frente a 41,08% que mostró el recuento nacional.

La victoria de Moon en Busan (donde se crió) y en Ulsan resultó histórica, dos distritos metropolitanos de la región portuaria e industrial del sureste donde nunca antes había ganado un liberal, un reflejo de la indignación que ha provocado en el país el caso «Rasputina», que supuso la destitución de Park por corrupción.

El suroeste del país siguió en cambio fiel a su tradición, y las provincias de Jeolla del Norte y del Sur y la ciudad de Gwangju volvieron a respaldar a un candidato liberal, con el conservador Hong no llegando a superar en ningún caso 3,5% de apoyo.

Hong, que a principio de campaña reflejaba en los sondeos un apoyo inferior a 10% por los efectos del caso «Rasputina», remontó aún así más de 10 puntos en el resultado final merced a los repetidos ensayos de misiles con Corea del Norte y a la mano dura que promete siempre su partido con el régimen de Pyongyang.

Sin embargo, su candidatura solo venció en tres zonas fronterizas con el Norte: la isla de Ganghwado, en el Mar Amarillo, y los condados de Yeoncheon (provincia de Gyeonggi) y Goseong (provincia de Gangwon).  


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