Miles de brasileños se conglomeraron ayer en varias ciudades de Brasil para exigir la destitución de la presidente Dilma Rousseff, pero no tuvieron el suficiente apoyo para encender la alerta como sucedió en las tres manifestaciones anteriores de este año.Las protestas, realizadas simultáneamente en 90 ciudades, lograron reunir a aproximadamente 22.000 personas, según cifras policiales, mientras que los organizadores calculan que asistieron al menos 82.000, reseñó el portal G1 de Globo. Una de las concentraciones más numerosas se produjo en Brasilia, donde cerca de 5.000 personas se concentraron frente al Congreso y un gran muñeco inflable de Rousseff con una larga nariz presidió la manifestación.»Esperamos menos gente porque en las otras manifestaciones tuvimos dos o tres meses para organizarnos. La de ahora es una señal de que la población está volviendo a las calles, que está muy atenta al proceso de impeachment», dijo Kim Kataguiri, coordinador nacional del Movimiento Brasil Libre, en Sao Paulo. La corrupción, la alta inflación y la creciente tasa de desempleo han generado descontento en la población e impulsaron la convocatoria de las reclamos, sin embargo la manifestación contra Rousseff no igualó los números de las que le precedieron, que reunieron a más de un millón de personas en marzo y a cientos de miles en abril y agosto. Rousseff, que afronta un proceso de juicio político con miras a su destitución del cargo, no declaró al respectoLEYENDA: Un gran muñeco inflable de Dilma Rousseff con una larga nariz presidió la manifestación


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