Cientos de personas se manifestaron este domingo en Santiago contra la política migratoria del gobierno, exigieron el fin del racismo institucional y denunciaron la difícil situación que vive la comunidad migrante, especialmente la que se encuentra varada en la frontera con Perú.

«Somos inmigrantes, no somos delincuentes», fue uno de los cánticos más repetidos durante la pacífica marcha que se realizó el domingo en la mañana por el centro de Santiago y que se desarrolló sin incidentes.

Diferentes organizaciones sociales llamaron a la movilización durante la semana, en respuesta al cierre inminente del Proceso de Regularización Extraordinaria promovido por el gobierno chileno, que tiene por objeto legalizar la estancia de 300.000 inmigrantes de varios países que residen en el país.

La iniciativa aprobada el pasado año tenía como fecha límite el lunes y fue calificada por la Coordinadora Nacional de Inmigrantes como un fracaso debido a que la cifra de quienes han regularizado su situación no alcanza la mitad de lo previsto.

Principalmente, continuaron por la alta cantidad de rechazados sin razones claras, en vista de que la mayoría de ellos cumplen los requisitos exigidos. Sin embargo, el viernes pasado el jefe del Departamento de Extranjera y Migración, Álvaro Ballolio, anunció la decisión del Ejecutivo de ampliar el plazo por 90 días más, hasta el 22 de octubre, por las 10.000 personas que aún esperan ser atendidas para regularizar sus visas.

Una decisión que fue aplaudida por las organizaciones sociales, aunque también llamaron a mantener las movilizaciones ante la expulsión de migrantes con familiares chilenos, así como la demora en la resolución de las solicitudes de refugio, el racismo institucional y la persecución a trabajadores migrantes.

Al tiempo que hicieron énfasis en la situación de crisis humanitaria que se ha vivido en la frontera entre Chile y Perú a lo largo del último mes, donde cientos de inmigrantes, principalmente venezolanos, se encuentran instalados en la calle a la espera de poder ingresar al país.


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