La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció este miercoles la intensidad de la represión contra los manifestantes por parte de las autoridades de Nicaragua y confirmó que 264 personas han fallecido desde el inicio de las protestas en abril, algo que el gobierno nicaragüense rechazó.

En su última actualización sobre la situación de los derechos humanos en Nicaragua, el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, criticó «la profundización de las formas de represión contra los manifestantes» por parte de las autoridades locales, una conclusión que el presidente Daniel Ortega desacreditó.

Abrao corroboró que desde el comienzo de las protestas en abril hasta la fecha de hoy 264 personas perdieron la vida y más de 1.800 resultaron heridas.

Además, indicó que los detenidos por las autoridades nicaragüenses han sido víctimas de «violencia, malos tratos e incluso tortura antes de ser trasladados a la sede de la Policía Nacional».

Ante estas incriminaciones, el canciller de Nicaragua, Denis Moncada Colindres, acusó a la CIDH de no ser objetiva en la elaboración del análisis, minutos después de la presentación de Abrao durante una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington.

«Es un informe apresurado y carente de objetividad. Se requiere de tiempo, imparcialidad y de una actitud profesional para informar con aproximación a la verdad de lo que realmente ocurre en Nicaragua», sostuvo Moncada.


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