Horas antes del inicio de la 48ª Asamblea General de los Estados Americanos (OEA), en una lluviosa ciudad de Washington, el presidente Sebastián Piñera envió una carta al máximo representante del organismo hemisférico, el uruguayo Luis Almagro.

En la misiva el mandatario expresaba su preocupación por la situación de Venezuela. Lo hace principalmente después de conocidas las conclusiones de un panel independiente de expertos, quienes dieron cuenta de la posible comisión de delitos de lesa humanidad en el país.

El informe fue elaborado a petición de la Secretaría General de la OEA y presentado ante la comunidad internacional la semana pasada. Para Piñera, los «hechos descritos, producto de la investigación y evidencia recopilada, demuestran el compromiso y esfuerzo de la OEA y la comisión de expertos por denunciar crímenes de lesa humanidad, la catástrofe humanitaria que atraviesa el pueblo venezolano y las reprochables acciones de la administración del presidente Nicolás Maduro».

«Nuestro país, dada la contundencia de la información allí recopilada, estima necesario que esa evidencia sea dirigida a la fiscalía (de la Corte Penal Internacional, CPI) por el panel de expertos internacionales, según los conductos previstos por el Estatuto de Roma, de forma de asegurarse que sus resultados sean revisados y contrastados con la evidencia que la propia fiscalía haya recabado», dijo Piñera ante los antecedentes entregados.

De prosperar la idea apoyada por Chile, Maduro debería enfrentar una investigación por parte de la CPI, tal como ya lo han hecho, por ejemplo, el ex líder rebelde del Congo Jean-Pierre Bemba, condenado por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Mensaje formal

El documento despachado por el presidente al secretario general de la OEA fue enviado inicialmente vía electrónica y trascendió que el Mandatario se comunicó en la mañana de ayer con Almagro.

Posteriormente, la carta fue transmitida formalmente por parte del canciller Roberto Ampuero. Precisamente, el ministro de Relaciones Exteriores se encuentra en Washington para asistir a la cumbre de la OEA que se hará entre este lunes y martes. Ampuero confirmó que Piñera es el primer Presidente de los 34 que son parte de la OEA en expresar claramente su respaldo para que la fiscalía de la CPI reciba el informe del panel de expertos.

«Lo interesante de las sentencias de la Corte Penal Internacional es que las responsabilidades son de tipo personal, es decir, no son responsabilidades que se puedan diluir en lo que es la dirección determinada de un país o la conducción o un gabinete en términos abstractos, sino que va muy directamente en contra de quienes son los responsables de las violaciones de los derechos humanos en este caso», dijo el ministro Ampuero al no descartar que Maduro podría enfrentar una condena de prisión.

Votación clave

En paralelo a la ofensiva mediante la CPI, los representantes de los países miembros de la OEA tuvieron una intensa agenda de reuniones para afinar el otro escenario abierto para Venezuela.

Se trata de la votación de una resolución de condena contra Maduro por la situación que afecta al país. Para ello, primero se debe aprobar por al menos 24 sufragios la incorporación del tema venezolano en el temario de la asamblea. Si esa acción resulta exitosa, entonces se podría promover una resolución. Para ello solo se requieren 18 apoyos, convirtiéndose en algo inédito.

Aun cuando el canciller fue cauto y emplazó a esperar a contar los votos primero, el embajador de EE UU ante la OEA, Carlos Trujillo, aseguró públicamente que se cuenta con los respaldos necesarios para dar el quórum exigido y así lograr la resolución.

La idea, señalan los diplomáticos, es que las febriles tratativas de las últimas 24 horas tengan una salida, de frustrarse el intento de emitir una resolución contra Maduro. «Si eso fracasa, se acaba el objetivo principal de la cumbre, por eso está el plan B de la CPI», se explicó en Washington.

En medio del despliegue de esas dos estrategias, ayer se confirmó la asistencia de los 34 cancilleres a la asamblea, algo que no es tan usual, en orden a que autoridades de segunda línea suelen ser parte de la reunión.

Así, por ejemplo, ya está comprometida la presencia del secretario de Estado de EE UU, Michael Pompeo; de Venezuela, Jorge Arreaza; y de Canadá, Chrystia Freeland, entre otros.


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