El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, declaró este martes la independencia de esta región española tras el referéndum del 1 de octubre, aunque suspendió sus efectos para abrir un proceso de diálogo.
El Gobierno español consideró, poco después de hacerse pública la medida, que es inadmisible «hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso de manera explícita», en alusión al discurso del presidente catalán en el Parlamento regional.
Fuentes del Gobierno aseguraron a Efe que no se puede aceptar dar validez a la ley catalana del referéndum, que está suspendida por el Tribunal Constitucional de España, y tampoco se puede dar como válido el supuesto recuento de un referéndum «fraudulento e ilegal» que se celebró el pasado 1 de octubre.
Más temprano el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió a Puigdemont que no declarara la independencia y respetara el orden constitucional de España.
«Hoy le pido a usted que respete el orden constitucional y que no anuncie una decisión que haría ese diálogo imposible», dijo más temprano Tusk en un debate en el Comité de las Regiones de la Unión Europea (UE).