Los ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los 7 se citaron en Lucca (Italia) para intentar reactivar las negociaciones para una salida política en Siria y presionar a Rusia, el mayor aliado del régimen de Damasco.

El conflicto en Siria ha sido el eje central del primero de los dos días de reuniones de los cancilleres del G-7 (Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia), en los que participa por primera vez el nuevo secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson.

El presunto uso de armas químicas por parte del gobierno sirio, que causó 87 muertos en la localidad rebelde de Jan Sheijun, en el noroeste de Siria, y el ataque estadounidense contra una base aérea del ejército sirio como represalia, cambiaron la agenda del encuentro.

Antes de la reunión, el canciller británico, Boris Johnson, instó en declaraciones a la prensa al presidente ruso, Vladimir Putin, a retirar el apoyo al presidente sirio, Bashar al Assad.

“Es momento de que Vladimir Putin haga frente a la verdad sobre el tirano que está apoyando”, dijo Johnson, según un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores.

“Al Assad es un veneno en todos los sentidos. Está envenenando a gente inocente en Siria con armas que fueron prohibidas hace 100 años, y está envenenando la reputación de Rusia”, afirmó.

Para reforzar la posición del G-7, el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Angelino Alfano, invitó en forma especial para hoy a sus homólogos de Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Jordania y Qatar, para dar una respuesta común a un tema que inquieta a los países occidentales y tiene repercusiones en Medio Oriente.

La intervención unilateral de Estados Unidos, la primera en seis años de conflicto, provocó una reacción fuerte por parte de rusos e iraníes, aliados del régimen sirio, el cual a su vez ha negado toda responsabilidad en el ataque con armas químicas.

En su primer G-7 el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, afirmó que su país pedirá responsabilidades a aquellos que causen daños a inocentes en cualquier parte del mundo.

“Nosotros nos dedicaremos a pedir responsabilidades a todos los que cometan crímenes contra inocentes en cualquier parte del mundo”, destacó Tillerson, según el Twitter oficial del Gobierno de Estados Unidos.

El secretario de Estado estadounidense realizó estas declaraciones durante una visita al mausoleo en memoria de los crímenes cometidos por los nazis en la conocida como masacre de Santa Ana de Stazzema, una localidad situada en la provincia de Lucca, donde murieron más de medio millar de personas en 1944.

“Este sitio será el lugar de inspiración para nuestra acción”, consideró.


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