Brasil y Colombia son los países receptores de venezolanos que están saliendo del país por la crisis humanitaria que sufre Venezuela.

El control migratorio en la frontera, entre las ciudades de Pacaraima y Santa Elena de Uiarén, registró, entre 2017 y 2018, la entrada de 111.581 personas provenientes de Venezuela. De ese grupo, según la Policía Federal, apenas 48.646 solicitaron regularización migratoria para permanecer en el país. Los demás salieron a otras naciones de la región”, indicaron autoridades brasileñas.

El estado de Roraima es el más afectado con menos de 600.000 habitantes y su capital Boa Vista concentra más de 53% de esa población (350.000 habitantes), el impacto del flujo migratorio fue visible y sentido en los servicios públicos en esa ciudad.

El gobierno de Brasil cuenta con “instituciones dedicadas a la política migratoria desde 1980, cuando el Consejo Nacional de Inmigración fue creado.

El proyecto de ley para actualizar el estatuto del extranjero ya estaba en fase final de tramitación por el Congreso, cuando se da el aumento de flujo de migrantes venezolanos en dirección a Brasil.

“La nueva ley de migración entró en vigor el 21 de noviembre de 2017 y trajo innovaciones importantes, que permitieron al gobierno aplicar una  política migratoria más moderna”, indicaron las autoridades.

“En lo que se refiere a Roraima, el gobierno brasileño aprobó en febrero de 2017 la “norma provisoria” N° 820, que dispone medidas de asistencia que incluyen ordenamiento de frontera, para que la regularización migratoria, vacunación, inspección sanitaria y otros controles se den cuando se llegue al país; acogimiento, para que las personas que se encuentren en condición de vulnerabilidad puedan contar con condiciones mínimas de abrigo, alimentación y salud, para que los migrantes que deseen trasladarse a otros estados del país en busca de mejores oportunidades puedan hacerlo sin impedimento alguno.


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