Berlín recordó hoy con una sencilla ceremonia a las víctimas del muro que durante 28 años dividió la ciudad hasta su caída el 9 de noviembre de 1989, fecha en la que comenzó el camino hacia la reunificación alemana. En el acto central, celebrado en el Centro conmemorativo del muro de Berlín en la Bernauer Strasse -la calle que simboliza la partición ciudadana-, representantes de la ciudad-estado de Berlín, del Gobierno federal y numerosos invitados depositaron rosas y encendieron velas en memoria de las víctimas. Durante la misa en la Capilla de la Reconciliación, situada donde se encontraba la llamada franja de la muerte, el teólogo húngaro Sándor Fazakas recordó la caída del muro hace 26 años como una muestra del «anhelo de los ciudadanos por la verdadera libertad». Abogó además por no olvidar a las innumerables personas que «pusieron en riesgo y perdieron su vida a la sombra del muro por esta libertad». La activista por los derechos humanos en tiempos de la República Democrática Alemana (RDA) Hildigund Neubert trazó un paralelismo entre la reunificación de Alemania y el actual desafío para integrar a centenares de miles de refugiados de otras culturas y religiones. El resultado de la reunificación alemana en 1990 también era incierto, recordó. «La reunificación fue un asunto arriesgado sin precedente histórico, desde el punto de vista económico y mental», declaró Neubert, quien subrayó que a día de hoy se puede decir que fue un logro positivo y que Alemania salió reforzada. En los más de 28 años de existencia del llamado muro de la vergüenza, cuya construcción comenzó el 13 de agosto de 1961, al menos 136 personas murieron a lo largo de sus 155 kilómetros al tratar de pasar al lado occidental. 


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