El presidente palestino, Mahmud Abbas, rehusó reunirse en diciembre con el vicepresidente estadounidense Mike Pence, después de que Washington reconociera a Jerusalén como capital de Israel, decisión que generó enfrentamientos en los territorios palestinos.

Así lo confirmó ayer Majdi al Jalidi, consejero diplomático del presidente Abbas.

“Con esta decisión sobre Jerusalén, Estados Unidos ha traspasado todas las líneas rojas”, subrayó el consejero.

También el papa Tawadros II, de la Iglesia copta ortodoxa de Egipto, anuló un encuentro con Pence, previsto a mediados de mes en El Cairo, y alegó que la decisión de Washington desprecia los sentimientos de millones de árabes.

Mientras tanto, la violencia persiste. Ayer dos palestinos murieron en ataque aéreo israelí en represalia por disparos de cohete desde la Franja de Gaza, un día después de que la Organización de Naciones Unidas advirtiera sobre una violenta escalada tras la controvertida decisión de Donald Trump sobre Jerusalén.

Otros dos perecieron el viernes, durante un llamado “Día de la Ira” en Jerusalén, Cisjordania y Gaza, cuando miles de palestinos se enfrentaron a soldados y policías israelíes. En esos enfrentamientos se produjeron decenas de heridos.

Ayer, a 30 años del inicio de la primera intifada (levantamiento), los violentos enfrentamientos continuaron; jóvenes palestinos lanzaron piedras contra los militares, que replicaron con gases lacrimógenos. Mientras, los cancilleres árabes discutían en El Cairo cómo manejar la situación.

Israel tomó control de la parte oriental de Jerusalén en la guerra de los Seis Días en 1967, y en 1980 proclamó toda la ciudad como su capital, lo que la comunidad internacional no reconoció. Los palestinos desean que Jerusalén Este sea la capital de su Estado.


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