Meses atrás, el 30 de noviembre de 2016, falleció una de las leyendas de la estética de la posmodernidad; Leonardo de Mayfair (Londres, 1938), también conocido como Leonardo de Londres. En efecto, este peluquero tuvo una vida en la que se vio vinculado no solo con las personalidades más relevantes de una era, sino que además dio forma y aportó de manera significativa a la imaginería y la cultura del mundo contemporáneo. Mayfair, por ejemplo, aparece en los créditos de La naranja mecánica (1971) como el responsable de los diseños y estilos de peinados de dicha producción cinematográfica. Asimismo, trabajó con Stanley Kubrick en otras de sus piezas dirigidas, tales como 2001: una odisea del espacio (1968), El resplandor (1980), Barry Lyndon (1975) y Full Metal Jacket (1987). Adicionalmente, Kubrick fue un fiel amigo de este artista, así como un asiduo visitante, incluso en sus últimos tiempos, cuando la bonanza económica del peluquero había mermado debido a que luego de un tumor cerebral en 1988 quedó seriamente afectado. Igualmente, Jack Nicholson fue cliente y amigo fiel hasta el final.

En general, el tópico relativo a la escenografía corporal es un punto clave en el devenir de la cultura humana. Roland Barthes, por ejemplo, llevó a cabo un abordaje real y profundo de ello en El sistema de la moda (1967). Por otro lado, personajes de máxima envergadura en las diversas expresiones de la cultura humana han tenido estilos de pelo característicos. El caso de Jean Cocteau es emblemático. Asimismo, la ausencia de pelo en Yul Brynner también es marca sustancial, al igual que la propia escenografía corporal de Andy Warhol en su totalidad. Ultimadamente hay que decir que lo fundamental para que se pueda considerar que algo reviste una connotación estética está en la intención de hacerlo bello, feo o disonante. Ello se diferencia, por ejemplo, de un hermoso atardecer; que es un fenómeno natural, pero no estético.

Pero volviendo a Leonardo de Londres habría que remontarse a su infancia para hallar las claves que le llevaron a emprender carrera en el área de la peluquería. Aquí es importante señalar que habiendo tenido una infancia que transcurrió durante la posguerra en medio de un ambiente de limitaciones, a este creador le llamaba profusamente la atención la vida glamorosa y el estilo distendido y natural de las celebridades. No es casual, entonces, que haya estado casado con la modelo Ricci Wade –con quien tuvo a su hijo, Dominic– y con Petra Arzberger. 

Los orígenes de su carrera se dieron junto a Vidal Sassoon, con quien Leonardo desarrolló una amistad y donde además comenzó con sus contribuciones significativas en la estética del corte de pelo mundial. El hecho de que su trabajo se manifestase en el séptimo arte le hizo tener quizá un aporte más trascendente que otros estilistas célebres del siglo XX, como Alexandre, Gene Shacove, Mr. Kenneth, Ara Gallant, Oribe o el propio Sassoon. El estilo singular de Leonardo se basó en el desarrollo de una técnica de corte de pelo “suave”. Esa percepción de los “matices” en el arte –en este caso lo “suave”– es clave para entender un abordaje o una mirada estética; es la misma clave a la cual se llegó a referir, en otro contexto y con otro acercamiento, Charles Baudelaire cuando se refirió en un texto sobre modas a los “matices” en la pintura, definiendo así la estilística que aparecería un siglo después con el arte impresionista.  

La vinculación de Leonardo con el trabajo era rigurosa. En este sentido fue legendaria la hechura del estilo de corte de pelo que el artista realizó a la modelo Twiggy, en una ardua sesión que duró poco más de siete horas y durante la cual se concretó el estilo icónico de una de las mujeres que definió significantes trascendentes del mundo de la moda y, en general, de la cultura humana en el siglo XX. Asimismo, fueron clientes de Leonardo: Grace Kelly, Terence Stamp, Mick Jagger, Marie Helvin, Jerry Hall, Audrey Hepburn, Jackie Kennedy y John F. Kennedy, entre otros. 

Sin lugar a dudas Leonardo de Londres fue un artista trascendente cuya influencia fue clave para la definición estilística de un período de la estética. En él se dio la vivencia de un ser humano que no solo tuvo el sueño de una vida vinculada a la estética, sino también a lo glamoroso. En él confluyen los aspectos más exquisitos del mundo de lo refinado y la distinción. 


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