Como una fábula sobre la claudicación y la derrota profunda describe el escritor colombiano Juan Cárdenas su última obra, El diablo de las provincias, una novela negra atípica en la que enfrenta a su protagonista con los fantasmas del pasado.

Editada por Periférica, El diablo de las provincias relata el regreso de un hombre que vuelve a su casa con varios fracasos a sus espaldas, un retorno a una ciudad «enana» de la que siempre quiso escapar y cuya realidad le atrapará sin oportunidad de escapar.

Una fábula que Cárdenas (Popayán, Colombia, 1978) no sitúa en un lugar determinado sino en una pequeña ciudad sin nombre con personajes que también carecen de nombre.

El biólogo, la madre, la cajera, la rectora, el hermano… todos los nombres de los personajes son reemplazados por su oficio o alguna característica en una «restricción autoimpuesta», según explica el autor en una entrevista con Efe.

Con una estructura de fábula, el autor habla de la claudicación en una sociedad contemporánea que agita constantemente el «fantasma» del fracaso laboral y social.

Este «fantasma», indica, hace perder de vista el verdadero peligro que supone la derrota absoluta del conocimiento.

Su protagonista, un biólogo, regresa a su ciudad natal, a un lugar donde se siente extranjero, señala Cárdenas, que ha seguido así la tradición literaria de la idea del retorno, mientras que la ciudad simboliza las fuerzas económicas, sociales e históricas que ponen en marcha un remolino de energías alrededor de él.

La novela, dice, juega con algunas estructuras de la tradición de la novela negra «del sur», de la que considera al italiano Leonardo Sciascia su máximo exponente.

Así, indica Cárdenas, siguiendo esa tradición, instala la investigación en una pregunta permanente porque la forma misma del misterio obliga a ello. 


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