“Estamos viviendo un primitivismo social que nunca se había visto”. Es una explicación [a la vista] sencilla de cómo define José Vivenes el contexto que vive la Venezuela de hoy. De ahí, el artista venezolano toma las referencias que luego transforma en su obra. Actuante, como se ha llamado esta serie, se llena de simbologías que aluden al poder y de un oscurantismo casi onírico que completa la estética de su creador.

Cada pintura, cada escultura, deviene de un proceso deconstructivo que toma las realidades sociales y las transforma casi en pesadillas. Los trazos de Vivenes recuerdan a aquellos del oscurantismo de Goya o del Jacobo Borges más crudo, en los que el contexto más rudo resulta en imágenes de alto contenido emocional. Los cerdos de Nelson Garrido también consiguen un lugar entre las simbologías; incluso Luis Brito se hace presente en esta serie, según relata el artista.

Inaugurada el pasado 10 de marzo en Spaziozero Galería, el panorama que brinda esta exhibición se caracteriza por su “oscurantismo animalista” –como el propio José Vivenes ha querido definirlo–. Es la presencia de la muerte, de la violencia y la imprecisión de los trazos lo que destaca en la serie, contrapuestos sobre los símbolos dorados del poder: los escudos, las cornamentas, los “logotipos” de una revolución que avanza y destruye a su paso: “Actuante es un iceberg que revela metáforas visuales de esta, la cruda verdad” –escribe Eduardo Planchart Licea.

“El artista, con su obra, confronta al otro con sus retratos, dibujados sobre planos de Caracas, para crear un expresionismo de individuos atormentados que viven y mueren masivamente, no por la peste como en el medioevo, sino por la muerte violenta, y por el silbido de bala”.

La exhibición entonces es un espejo de una expresión de angustia. Los elementos visuales, que parten generalmente de una fotografía, son deformados, pero mantienen una viva intención de hacer honor a la memoria y la historia de nuestro país. De nuestra identidad. Vivenes trabaja sobre imágenes de Caracas o de Venezuela y redimensiona la historia, la deconstruye a través de herramientas plásticas que generan otro cuento –uno que le es muy propio– lleno de metáforas sobre el poder.

Así, como escribe Planchart Licea, “esta pobreza entre riqueza se materializa en los dibujos de cornucopias doradas por donde deberían emanar los frutos de la tierra, como en el escudo nacional; en lugar de ello son dominadas por torrentes dorados como expresión de la alquimia de la miseria”.

Actuante encierra una acción en continuo. Es el gerundio de actores que buscan desesperadamente una salida al ahogo, al conformismo, a la incertidumbre. Acuante es un estado de sitio. Para José Vivenes es el contexto, el momento y sus actores de donde descubre un enorme archivo de metáforas. Un jardín de las delicias en donde todas las simbologías consiguen un lugar en el gesto dibujado. Y, hasta el próximo 7 de mayo, Actuante también se convierte un símbolo en sí misma; pues por destino ha permanecido abierta en esos momentos en que nuestra realidad se hace más pesadilla.


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