Si hay un día simbólico para luchar por la democracia en Venezuela, es el 23 de enero.

Ese día, hace 61 años, el dictador y militar Marcos Pérez Jiménez cedió a las tremendas presiones internas que surgieron luego de hacerse ganador en los resultados de un plebiscito manipulado unos meses antes. Se abrió, con su salida del poder, el período democrático más largo del que disfrutó el país.

Salvando las distancias del tiempo, los venezolanos se amparan en esta fecha a la espera de generar su propia gesta, también en la calle, en una pulseada liderada por la Asamblea Nacional.

Esta convocó desde hace dos semanas una protesta masiva contra el nuevo período presidencial asumido por Nicolás Maduro, después de unas elecciones también marcadas por las irregularidades y desconocidas por la mayoría de los venezolanos y la comunidad internacional.En su sesión ordinaria de este martes, el desafío al régimen chavista incluyó además el nombramiento de su propio representante ante la Organización de Estados Americanos (OEA), desconociendo la representación del régimen. El abogado Marcos Tarre Briceño fue el elegido para esa labor.

En cambio, el chavismo ha respondido convocando a los suyos en un intento de contrarrestar un descontento que cada vez se hace más sonoro y creciente. 

A una muy breve rebelión militar que irrumpió en la guarnición capitalina de Cotiza el lunes pasado le siguió un día entero de protestas, cacerolazos y quema de basuras, en la que decenas de venezolanos gritaron contra el hambre, la insalubridad, la falta de servicios y la corrupción del poder. 

Hasta la madrugada del martes, las otrora zonas ‘chavistas’ del oeste de Caracas fueron las que protestaron con más ahínco. El chavismo, en esta hora de máxima crisis social y económica, con la presidencia de Maduro en entredicho, apenas ha sabido reaccionar.

El presidente de la Asamblea, Juan Guaidó, ha llamado a los venezolanos a “reencontrarse” y asegura que el músculo que pueda demostrarse este miércoles será fundamental para los próximos pasos de lo que ha trazado como la ruta democrática: denunciar la usurpación (de Maduro), gobierno de transición y elecciones libres.

El calado que pueda tener la manifestación de este miércoles también viene precedido por el llamado de la Iglesia a la Fuerza Armada Nacional del país “para que protejan a la población, la acompañen y respeten con un sentido cívico ante las demandas de sus derechos y de nuevas realidades en el contexto de lo político”.

El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, también envió un mensaje de acompañamiento y “apoyo absoluto” al Parlamento y los ciudadanos en la protesta contra Maduro. “Mientras los venezolanos alzan sus voces mañana (miércoles), en nombre del pueblo estadounidense les decimos: estamos con ustedes. Estamos con ustedes y lo estaremos hasta que la democracia en Venezuela sea restaurada”.

Desde el régimen se advierte que las declaraciones del estadounidense Pence son un llamado “abierto” a un golpe de Estado y que la oposición espera generar una oleada de violencia y desestabilizar la administración de Maduro.


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