Fuerzas «combinadas» del gobierno de Nicaragua atacaron este martes uno de los bloqueos de carretera más extensos del país, erigidos en protesta contra el presidente Daniel Ortega y amenazaron con invadir la ciudad de Masaya, que este lunes se declaró «libre de dictadores».

Las fuerzas, compuestas por policías, antimotines y «parapolicías» encapuchados, atacaron con armas de guerra al bloqueo establecido en la intersección del kilómetro 14 de la carretera a Masaya, que era vigilado por decenas de jóvenes que se defendieron con morteros artesanales.

Una líder de los manifestantes «autoconvocados» dijo que las fuerzas atacaron a varios jóvenes, vecinos de la zona, desde todos flancos, con un saldo incierto de heridos, sin que se registren personas fallecidas.

Una vez que arrasaron con la zona, ubicada entre Managua y Masaya, las fuerzas «combinadas» del gobierno desmontaron el bloquea, uno de los más grandes del país, compuesto por más de 30 barricadas.

Los atacantes, en su mayoría hombres encapuchados que se desplazaban en camionetas «Hilux» y ambulancias del Ministerio de Salud, tardaron unas dos horas en expulsar a la población del lugar, según la fuente.

El ataque terminó cuando decenas de mujeres de los alrededores salieron con cacerolas y cucharas de cocina a protestar, en medio de las balas, contra las fuerzas «combinadas» gubernamentales.

«Al gobierno de Nicaragua y a la Policía Nacional les ruego que detengan ataque a la Ciudad de Masaya. Más muertos y detenidos lo único que hará es estancar más la solución pacífica a este conflicto», insistió Báez.

La agresión armada oficialista se dio un día después de que el gobierno incumplió con el acuerdo de invitar de manera «inmediata» a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Unión Europea (UE) y la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El acuerdo, firmado con la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia en el diálogo nacional para superar la crisis, busca que los organismos internacionales sean garantes del cese de la represión, que hasta ahora Ortega no ha ordenado, o no ha podido controlar, según la ANPDH.

Nicaragua cumplió el lunes dos meses de protestas, que ya deja cerca de 200 muertos, contra el gobierno Ortega.


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