Una peruana donó dos pasajes de avión a un matrimonio de venezolanos residente en Lima que pedía ayuda para regresar a Venezuela a realizar el funeral de su hija de 11 años. La petición la hicieron luego de que la embajada venezolana les negara la ayuda si no firmaban un acta relatando malos tratos en Perú.
Jhorkys Álvarez explicó este sábado a la emisora RPP Noticias que, gracias a esta colaboración hecha de manera anónima, viajará la tarde de este sábado con su esposa hasta San Cristóbal para celebrar el sepelio de su hija y luego regresar a Perú.
Ambos venezolanos habían emigrado a Lima sin poder llevarse a su hija, que se quedó a cargo de su abuela y falleció este miércoles por una presunta negligencia médica.
Al recurrir a la Embajada de Venezuela en Lima, les ofrecieron viajar en uno de los vuelos ofrecidos por el gobierno venezolano dentro de su plan «vuelta a la patria», pero con la condición de declarar que había tenido una mala experiencia en Perú.
«En mi embajada nos dijeron que teníamos que redactar un acta de puño y letra para dejar mal al Perú, diciendo que estamos pasando trabajo, que estamos pasando necesidades, que nos tratan mal», relató Álvarez.
«Son mentiras que no queremos decir porque aquí estamos muy bien. Lo único por lo que queremos regresar al país es por la cuestión de la niña. Nosotros queremos estar aquí. La situación allí en Venezuela es muy mala. Nos vamos a terminar de morir de hambre allá. Tenemos otros dos niños que queremos traernos», agregó .
El matrimonio venezolano pasó todo el día del viernes en el terminal del aeropuerto limeño intentando recaudar el dinero suficiente para comprar los pasajes de avión o a la espera de que alguna aerolínea que se ofreciera a ayudarlos. Su caso fue difundido en los medios de comunicación y a las pocas horas llegó la donación de una benefactora que prefirió mantenerse en el anonimato.
Perú es el segundo país que más inmigrantes venezolanos ha recibido en el último año, con más de 430.000 personas de ese país, la mayoría todavía sin el permiso de residencia, por detrás de Colombia, donde hay casi un millón.
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