Pepe Mujica
Foto archivo

El ex presidente uruguayo José Mujica sostuvo este lunes que «están sonando fuerte tambores de guerra en el Caribe» por la situación que atraviesa Venezuela y señaló que discutir la legitimidad de un gobierno u otro, en referencia a Nicolás Maduro y a Juan Guaidó, resulta infantil.

«Lo grave, lo penosamente grave, es la inminencia de guerra abierta. El presidente interino de Venezuela (Guaidó) o es muy joven o tiene atrás la seguridad que da sin ambages el Ejército de EE UU», dijo durante su audición radial semanal mediante  de la emisora M24.

Para Mujica, todavía «está muy fresca» la afirmación que hizo la semana pasada el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que «todas las opciones» estaban sobre la mesa en el caso de Venezuela.

«Ante tanta información, absolutamente secundaria, hay que subrayar lo central. Parecería que quieren convencerse, y a su vez convencernos a todos, de que la ilegitimidad eventual de unos se sustituye con la ilegitimidad de otros y todo esto tiene latente una supuesta causa sacrosanta, la democracia, como siempre se ha hecho en vísperas de cualquier invasión», agregó.

Recordó que antes «se levantaba el pendón del cristianismo o de la civilización, como la triste historia de la Guerra de la Triple Alianza, que aplastó a Paraguay», y que «hoy esa política se sustituye por un discurso de democracia», ya que siempre hay «una pantalla poco discutible para levantar en el horizonte».

Subrayó que en la guerra siempre se mueven intereses y que la democracia por la que se clama tiene olor a petróleo y puso a Libia como un ejemplo que «está todavía fresco».

«La verdad cruda, dura, descarnada es que lo más conservador de Estados Unidos no puede aceptar que China y Rusia terminen manejando el destino del petróleo venezolano. Esta es la causa profunda de la impaciencia que ha atacado a EE UU», resaltó.

«El hermano del norte, poderoso, no puede soportar que el sol naciente de oriente maneje el petróleo venezolano, entonces surge el grito desesperado hoy de la democracia, que funciona como pantalla emotiva en estos tiempos globalizados donde el capitalismo financiero con algoritmos y sin emociones indica y decide dónde y cuándo se invierte», añadió.

Para Mujica, el odio amputa la inteligencia y no deja ver lo esencial, como en el caso de las sanciones económicas -ya aplicadas en distintos grados a Venezuela por parte de EE UU- que castigan los pueblos y fanatizan los gobiernos, y citó como ejemplo a España durante la dictadura de Francisco Franco.

Es por ello que Mujica apoya la posición del actual gobierno uruguayo, que evita pronunciarse a favor de Guaidó o Maduro y que aboga por una solución pacífica para el conflicto que vive el país y que se agravó después que, en la semana pasada, el jefe del Parlamento se juramentara presidente interino del país y fue reconocido por muchos países, entre ellos Argentina, Brasil, Paraguay y EE UU.

Por su parte, Jorge Arreaza insistió este lunes en establecer diálogos para buscar salidas a la crisis política, incluidas conversaciones con Estados Unidos, país con el que Maduro rompió relaciones la semana pasada.

Sin embargo, Guaidó dijo el pasado sábado que no aceptará un diálogo «falso» con el gobierno chavista ni elecciones «que no tengan las condiciones reales», dos de las opciones puestas sobre la mesa para destrabar la crisis en el país.

En ese sentido, Mujica apuntó que no existe voluntad política en Venezuela para poder solucionar la crisis, porque al régimen venezolano «no se le deja otro camino eventual que morir peleando», lo que «termina acorralando hacia la guerra».

«¿Quién con sentido común hoy puede asegurar elecciones libres para todas las tendencias en Venezuela? ¿Quién puede asegurar impunidad hacia atrás y hacia adelante tentando que lo que es confrontación se transforme en oposición? No veo otro camino que de garantía (sino la) ONU con su Consejo de Seguridad comprometido y con firmeza», reflexionó.

Para el ex guerrillero tupamaro, un diálogo solo sería posible a través de «una especie de junta ejecutiva donde estuvieran todas las tendencias, pero fuertemente monitoreada y garantizada por las Naciones Unidas».

«Sin embargo, nada de esto podrá acontecer porque Europa no está participando en esta región, pudorosamente da la impresión de lavarse las manos. La gran pregunta es, la guerra, en este caso, ¿será una inversión?», agregó.

Según el también ex senador, «la peor alternativa es la guerra» porque pagan sus costos, la sufren y se mueren «los que no tienen responsabilidad».

«Solo la política puede evitar la guerra, pero tiene que haber voluntad y compromiso. Lo más fuerte es evitar la guerra que a esta altura parece muy difícil y transformar la confrontación en oposición en lucha republicana naturalmente. Los seres humanos hemos demostrado vastamente, por un lado, que podemos ser los animales más inteligentes y, por momentos más sublimes pero también los más estúpidos, los más idiotas y los más egoístas», concluyó.


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