Un nuevo enfrentamiento entre sandinistas y opositores causó varios heridos esta noche en las localidades vecinas de Catarina y Niquinohomo, en el departamento de Masaya, a unos 40 kilómetros de Managua, Nicaragua.

Los opositores denunciaron un ataque con morteros artesanales y represión por parte de agentes antimotines, que, según los manifestantes, utilizaron bombas lacrimógenas.

Los medios oficiales del gobierno, por su parte, culparon a grupos vandálicos de tirar piedras y morteros contra las familias que se encontraban en jornadas de oración y vigilia en estos dos municipios y denunciaron el saqueo y la quema de la casa del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Catarina.

El obispo, Silvio Baez, lamentó en su red de Twitter estos actos y pidió que acabe la represión.

«Nada violento es duradero ni propicia el entendimiento. ¡Alto a la represión en Catarina y Niquinohomo!», señaló.

«A las autoridades del gobierno y a la policía, les ruego que salven la posibilidad del diálogo. ¡Detengan la represión violenta contra población pacífica en Niquinohomo!», agregó.

También el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) exigió el cese inmediato de la represión contra la población de Niquinohomo y Catarina.

«El gobierno y la policía deben parar de inmediato la represión. Basta ya de seguir derramando la sangre de hermanos», comentó en Twitter el presidente del Cosep, José Adán Aguerri.

Finalmente, la Cámara de Comercio Americana en Nicaragua (Amcham) recordó el diálogo nacional para pedir el fin de la violencia.

«Demandamos un cese inmediato a la violencia y la represión en Niquinohomo y Catarina. Todos queremos un país justo y democrático. Creemos en el Diálogo Nacional pero sin violencia, ni represión», sentenció en sus redes sociales.

Nicaragua atraviesa una crisis, que hoy cumple 20 días, debido a multitudinarias manifestaciones a favor y en contra del presidente del país, Daniel Ortega, que comenzaron exigiendo medidas de seguridad social.

Desde que comenzaron las manifestaciones los enfrentamientos violentos han causado al menos 45 muertos, la mayoría entre el 18 y el 22 de abril pasado, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), mientras que otras organizaciones humanitarias elevaron a 63 la cifra de fallecidos.

Nicaragua está pendiente del comienzo del diálogo que protagonizarán el gobierno y el sector privado, con la Conferencia Episcopal (CEN) como mediadora, aunque todavía no se ha establecido una fecha para su celebración.


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