Después de no reconocer la «elección presidencial» en Venezuela en la que Nicolás Maduro se aseguró un nuevo mandato, el gobierno de Mauricio Macri convocó a la máxima autoridad diplomática argentina en ese país, Eduardo Porretti.

Por decisión del canciller Jorge Faurie , el encargado de Negocios argentino en Caracas llegará al país la próxima semana, cuando el gobierno evaluará la situación en Venezuela para tomar una decisión en cuanto a los pasos a seguir. No está definido aún si la llamada a consultas de Porretti se convertirá en un retiro de la representación diplomática.

La decisión del gobierno responde a lo establecido en la última declaración del Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, México, Panamá, Paraguay y Perú, entre otros), difundida al cierre de los comicios del domingo último y en la que los países desconocen los resultados de la elección por considerarla ilegítima. Ese documento formaliza la intención de los miembros de reducir la representación diplomática en Venezuela a modo de crítica por la crisis institucional.

Horas después de emitir ese comunicado, Faurie encabezó una conferencia en la que, junto a funcionarios de las Relaciones Exteriores de Canadá, Chile, Estados Unidos, México y Australia, anunció que se tomarían medidas sancionatorias al «régimen autoritario» de Maduro procurando no afectar al pueblo venezolano.


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