La migración puede afectar psicológicamente a los niños. Valeria, de cinco años de edad, fue llevada por sus padres de Barquisimeto a Cúcuta, quienes buscaban un futuro mejor fuera del territorio nacional. Lejos de sus familiares, empezó a sufrir dolores de estómago luego de comer. Mordía, pegaba y entraba en conflicto con los otros niños de su nueva escuela.

“Dichos síntomas podrían traducirse como rasgos de depresión, que si no se abordan a tiempo, podrían terminar en un trastorno depresivo”, advirtió Juan Perdomo, psicólogo, que indicó que el nuevo comportamiento de Valeria se debía al proceso migratorio de la niña, así lo informó el portal La Opinión.

La madre de la niña, Carolina Pérez, aseguró que, junto al acompañamiento de la orientadora de la escuela, el comportamiento de Valeria ha mejorado. “En casa hemos implementado hábitos en cada una de sus actividades y deberes. Dedicamos una hora para jugar, ya sea en la casa o en el parque. Hemos incluido videollamadas con sus tíos y primos que están en Perú, España y Argentina y hemos excluido el azúcar de su alimentación. En el corte de mitad del primer periodo, la maestra dijo que ha visto cambios positivos en la niña, con la mejora de su calidad de trabajo y  su interacción con los niños”, explicó.

En Norte de Santander residen 167.958 venezolanos, según el último informe publicado por Migración Colombia, el mes pasado. Aunque no hay datos precisos sobre el número de niños, se estima que representan 27% de dicha población: unos 33 mil menores de edad.

Patricia Salguero, directora de la fundación Nueva Ilusión, que asiste a familias migrantes y retornados colombianos de escasos recursos en Los Patios, indicó que muchos de los niños traen secuelas físicas y mentales por lo vivido en el vecino país. “Casi todos vienen con un grave cuadro de desnutrición. Muchos han sufrido de trabajo infantil y situaciones de riesgo durante el viaje hacia Colombia. La mayoría vienen dispersos y con dificultades para adaptarse desde lo más simple, como la comida, hasta lo más complejo, como el sistema educativo”, aseveró.

Recomendaciones

El psicólogo Juan Perdomo explicó que si los comportamientos mencionados anteriormente persisten por más de dos semanas, se debe buscar ayuda especializada.

Algunas de las recomendaciones son:

  • Encontrar actividades que le puedan generar un buen sentido del humor y que le permita relacionarse con otros niños de su edad. 
  • Promover las buenas relaciones familiares. Que los miembros adultos de la casa lo feliciten por haber cumplido con sus tareas o haber colaborado en casa, por ejemplo.
  • Evitar romperle una promesa al niño. Siempre hablar de este nueva etapa de forma positiva. 
  • Disminuir el tiempo de ocio y el abuso del internet. 
  • Aprovechar las actividades recreativas y culturales gratuitas de la ciudad. Por ejemplo, en la Biblioteca Pública y en el centro comercial Ventura Plaza tienen actividades para los niños los fines de semana.
  • Realizar actividades al aire libre, dibujar y hacerles preguntas sobre su día en la escuela, para incentivar la comunicación familiar.


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