La migración constante de venezolanos a Cúcuta también afecta a los niños, pues deben vivir una realidad de la que no son conscientes ni escogieron.

La cancha cubierta de Sevilla, ubicada en la ciudad de Cúcuta, se ha convertido en el refugio de miles de niños que ya no tienen ni siquiera horario para dormir por la constante búsqueda de estabilidad de sus padres en el país neogranadino, reseñó La Opinión de Cúcuta

Algunos infantes permanecen despiertos cuando llega la media noche. En algunos casos, están envueltos en sábanas mientras sus padres les dan calor debido a las bajas temperaturas de la noche.

Muchos padres están conscientes de que el ambiente no es el propicio para los niños, ni el modelo de crianza que pensaban darles por lo que, en algunos casos, buscan trasladarse a otros lugares donde tengan mejor estabilidad tanto para ellos como para sus hijos.

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