“Gustavo y quien viaje con él deben abordar la nave una vez esta aterrice. O sea que debe tener listo el brillante (oro) en bolsas que eviten sospecha (…). Deben embarcarse de civil y llevar bien oculta su arma corta”.

Este es uno de los 26 correos que la Fiscalía tiene en su poder de comunicaciones entre Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, uno de los máximos jefes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y varios de sus hombres, en los que se habla de un movimiento de oro para adquirir armamento.

Si bien se podría tratar de una transacción usual de una guerrilla que alterna el terrorismo con la minería ilegal, lo que llevó a la Fiscalía a abrir un expediente, calificado como ultrasecreto, es que el movimiento del metal se hizo –según los correos– en un helicóptero privado con emblemas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y en pleno proceso de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, cuando se socializaba un protocolo de cese del fuego.

“El helicóptero anochece el 12 de octubre en el aeropuerto de Caucasia con los dos delegados nuestros, personal de la ONU, del CICR, garantes y representantes del gobierno. Dicha nave es civil y lleva visibles los emblemas del CICR”, se lee en un correo atribuido a «Gabino», quien firma con el alias de Germán, enviado a Juan David Acuña, alias Samuel o Samuelito. Este último era mano derecha del jefe del ELN y fue dado de baja por el Ejército en julio de 2018, en San Pablo, Bolívar, cuando aparentemente regresaba de Venezuela.

Voceros del CICR le confirmaron a El Tiempo que, en efecto, el 13 de octubre de 2017 hubo un movimiento humanitario de miembros del ELN y representantes del gobierno, por petición de las partes. No obstante, fueron enfáticos en señalar que desconocen la investigación de la Fiscalía.

“Podemos confirmar que era una aeronave particular con emblemas de la Cruz Roja, y si bien se cumplieron unos protocolos, a nosotros no nos corresponde revisar equipaje ni personal”, explicó el vocero autorizado del organismo.

Según el expediente, lo que se trasportó fueron 77 libras de oro “de ley”, que equivalen a 34 kilos y, según los interlocutores de «Gabino», costaban cerca de 3.000 millones de pesos, que se iban a usar para comprar armas para sus cinco frentes de guerra.

“Los compas, de manera madura, me expresaron que por medio mío (sic) les gestionara a ustedes la posibilidad de que se mire y se contemple que se les asigne algún porcentaje de esa brillantina; yo les pregunté que cuánto, y ellos dijeron que lo que ustedes definan”, le escribe ‘Samuel’ a su jefe, alias «Gabino». 

En estas comunicaciones, además, se revela la forma como mueven el cargamento de oro y lo riesgoso que puede ser transportarlo por tierra, debido a los controles oficiales y a la presencia de otros actores armados en zona rural de Caucasia, Antioquia.

En estas comunicaciones se revela la forma como mueven el cargamento de oro. Foto: Cortesía

Así camuflan el oro

En efecto, el sujeto que las autoridades identifican como ‘Gabino’ dice que la socialización de los protocolos de cese del fuego se estaba desarrollando en áreas específicas, a donde era viable llevar el oro para que quienes fueran a desplazarse en el helicóptero con los emblemas del CICR pudieran esconderlo para garantizar su movilización.

También confirmó que tras la movilización desde Caucasia, ‘Samuel’ y ‘Gabino’ entregarían las coordenadas de un lugar de la frontera con Venezuela, donde se comercializaría el oro.

Miembros de la delegación oficial de paz que el gobierno de Santos instaló con el ELN –y que el presidente Duque terminó el viernes luego del atentado terrorista en Bogotá–, coincidieron en señalar que, de confirmarse esta información, se habría dado una “clara y grave violación al derecho internacional humanitario”.

Y otra fuente vinculada a los procesos de logística explicó que toda persona que viaja en esas aeronaves debe firmar un protocolo que prohíbe ir uniformado y armado, y que el procedimiento lo supervisa la Policía.

“Todo el equipo que se mueve en este tipo de misiones, que a veces incluye pequeñas maletas, es supervisado. Hay cordones de seguridad para que nadie se les pueda acercar a ellos ni a las aeronaves”, precisó.

Sin embargo, la Fiscalía avanza en las pesquisas y no descarta pedir explicaciones formales a quienes tuvieron conocimiento de este movimiento humanitario.


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