Las denuncias que se suscitan en Cúcuta, Colombia, por el desplazamiento laboral local debido a la llegada de inmigrantes venezolanos, en su mayoría sin permiso para trabajar, no cesan. Tampoco se detiene la ventaja que tratan de obtener algunos empleadores que aprovechan la mano de obra extranjera para pagar salarios más bajos, imponer más carga laboral y no reconocer los beneficios obligados por la ley colombiana.

El concejal de Cúcuta Oliverio Castellanos informó que ha conocido casos como el de tres familias de San Miguel que en diciembre se quedaron sin sus ingresos habituales luego de que despidieran a los jefes de hogar de sus empleos, reseñó La Opinión de Cúcuta.

“En dos zapaterías despidieron a la gente y están contratando venezolanos; en unos supermercados en Atalaya también sacaron a unas personas, por supuesta reducción de personal, y fue falso, pues se contrató mano de obra venezolana. En restaurantes del centro, en la avenida 1E, había cucuteños laborando, y ahora vemos atendiendo solo venezolanos… Lo cierto es que se ven venezolanos desplazando a los colombianos en los puestos de trabajo”, dijo Castellanos, según reseñó el diario La Opinión.

Castellanos pidió a los cucuteños denunciar oportunamente estas situaciones ante la Alcaldía y los órganos de control para que supervisen y sancionen a las empresas dedicadas a estas prácticas. También pidió al Ministerio de Trabajo activar un protocolo de atención para los afectados. 

Cada vez son más los testimonios de cucuteños despedidos tanto en negocios formalmente constituidos como en la economía informal.

‘Nos quitan las oportunidades’

Enrique Navarro, productor de arepas y auxiliar de cocina, afirmó que la crisis de Venezuela lo afecta también a él pues desde hace 9 meses no ha podido encontrar trabajo estable desde que fue despedido. 

“Llevaba trabajando allí 14 meses, mi diario era de 30 mil pesos… las ventas empezaron a bajar y con ese argumento fui despedido. Días después me enteré de que ya tenía reemplazo y en efecto, era un señor venezolano”.

La Opinión conoció que el pago diario de un trabajador venezolano los primeros meses fue de 20 mil pesos, valor que le era entregado a diario, como a otros empleados, pero para él era por razón de prestación de servicios, para evitar el pago de prestaciones sociales.

“Sin el ánimo de discriminar, siento que los venezolanos nos quitan las oportunidades de trabajo, porque aceptan cualquier pago y no el salario justo”, agregó Navarro.

Con información de La Opinión.


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