Un accidente, en el que se vieron involucrados un autobús y un todoterreno en una carretera a unos 30 kilómetros al este de Quito, dejó 24 víctimas mortales y 22 heridos de nacionalidad colombiana, venezolana y ecuatoriana.

El suceso se produjo en un sector conocido como la «curva de la muerte».

«Sentimos como una sacudida, como si viniera un temblor grande, como si algo reventara, yo salí corriendo sin zapatos del susto, subí a la terraza y vi que la gente estaba gritando, llorando y pidiendo ayuda», explicó  Olga Guambi, de 53 años, vecina de una de las viviendas afectadas por el impacto del autobús.

Guambi dijo que su yerno llamó al servicio de emergencia y que rescatistas y ambulancias se demoraron una hora en llegar.

La fiscal Silvana Garrido indicó que entre los fallecidos hay personas de Venezuela y Colombia.

De acuerdo a las pesquisas preliminares, el autobus tenía matrícula colombiana y según documentos que se encontraron dentro del transporte, los viajeros llegaban desde el municipio colombiano de Neiva y su destino final era Lago Agrio, en la provincia ecuatoriana de Sumubíos, fronteriza con Colombia.

Roberto Padilla, jefe de Policía del distrito de Tumbaco, comentó que los dos vehículos involucrados chocaron y se produjo un arrastre de aproximadamente un kilómetro.

«Posterior a eso se desenganchan y el bus viene con problemas golpeándose con las paredes de las viviendas antes de que se produjera el volcamiento y el impacto final», precisó el oficial.


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