La Iglesia denunció el grave escenario en el que inicia 2018 y replicaron la preocupación del papa Francisco sobre el país. El clero reconoce que existen fallas de entendimiento entre gobierno y oposición: “Estas dificultades exigen al pueblo que asuma su vocación de ser sujeto social con sus capacidades de realizar iniciativas como, por ejemplo, que la sociedad civil lleve adelante una consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé el artículo 71 de nuestra carta magna”.

El artículo establece las vías para realizar el referéndum popular. Los prelados creen que si la consulta fuese negada o se entorpecieran las iniciativas para concretarla, “solo quedarían dos posibilidades: pérdida definitiva de la libertad, con todas sus consecuencias, o acciones de resistencia y rebeldía contra el poder usurpador. Es el pueblo organizado el que tiene la última palabra. En unión con la mayoría de los venezolanos anhelamos que la dirigencia política y la sociedad civil presenten un proyecto de país creíble y realizable”. Esta exigencia fue plasmada en la exhortación final al concluir la CIX Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana.

El mensaje fue leído por el cardenal Baltasar Porras, arzobispo de Mérida; Fernando Castro, obispo de Margarita, y Ulises Gutiérrez, obispo de Ciudad Bolívar. Ratificaron que la raíz de los sufrimientos que atraviesa el país es el proyecto totalitario: “Las políticas sociales y económicas están infectadas del morbo de la corrupción. El férreo y prolongado control de divisas es un freno injusto al desarrollo de la empresa privada. Estas políticas han dado como resultado aumento de la pobreza, desempleo, carencia de bienes básicos, descontento y desesperanza”, aseguraron.

Lamentaron el naufragio de la lancha con destino a Curazao: “Esto es el presagio, Dios no lo permita, del inicio, en nuestro entorno, de la múltiple y dolorosa experiencia de nuestros vecinos, en particular, cubanos y haitianos”.

Señalaron que Venezuela atraviesa una emergencia social y económica que amerita la apertura del canal humanitario. Exigieron la publicación de un  cronograma electoral para realizar comicios presidenciales y en condiciones justas y con el acompañamiento internacional.

El cardenal Baltazar Porras dijo que la Iglesia aboga para que haya acuerdos tangibles de la negociación entre gobierno y oposición: “Ambos sectores deben presentar qué es lo que buscan. Dios quiera que pudiera haber un resultado positivo porque si no sería poner otra fecha para ponerse a reunir para seguir exactamente en lo mismo y eso no garantiza que la población se sienta representada”. Creen fundamental que la negociación se base en la integridad de los negociadores, en objetivos claros y en una agenda conocida.

Rechazan a la ANC, cuyo origen y desempeño consideran ilegítimo. Creen que no habrá solución a los problemas “hasta tanto el pueblo no recupere totalmente el ejercicio de su poder”. Denuncian que la Ley contra el odio “criminaliza toda manifestación en su contra, y propicia la difusión de rumores y especulaciones cuyo efecto es consolidar un control absoluto de actividades, y provocar el miedo y la autocensura”.

La directiva de la AN, encabezada por Omar Barboza, visitó ayer la CEV durante la asamblea de obispos. Barboza considera “una feliz coincidencia” que el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal sea monseñor José Luis Azuaje, quien dirige Cáritas de Venezuela. El Parlamento aprobó esta semana una gran alianza humanitaria.


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