Los obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana señalaron que en el país se vive un régimen de facto que vulnera las mínimas garantías de la Constitución y los principios más elementales de los ciudadanos.

Ayer el episcopado concluyó la CX Asamblea Plenaria Ordinaria de la CEV, que estuvo centrada en la situación que mantiene en angustia y sufrimiento a los venezolanos. Reiteraron que el papel de la Iglesia no es ni será sustituir a quienes conocen y manejan la política. Sin embargo, expresaron la preocupación ante los problemas políticos del país, así como la diáspora y la muerte de venezolanos.

El arzobispado criticó las políticas públicas que ha empleado el presidente Nicolás Maduro, que a su juicio han deteriorado la calidad de vida de los ciudadanos.

“El principal responsable de la crisis que atravesamos es el gobierno, por querer a toda costa imponer su proyecto político, por su desprecio a la actividad productiva, a la propiedad privada”, señala la exhortación pastoral. “No temas, estoy contigo”, señalaron.

Monseñor Manuel Felipe Díaz, arzobispo de Calabozo, expresó que el gobierno se presenta ante los venezolanos como víctima de manejos internos y externos, lo que, a parecer de la Iglesia, es una confesión de la incapacidad para manejar el país. “No se puede pretender resolver con bonos y bolsas de comida el problema de alimentación”, enfatizó.

En el comunicado se refirieron a las elecciones presidenciales del 20 de mayo, que calificaron de ilegítimas. Indicaron que la “altísima abstención” fue un “mensaje silencioso de rechazo, dirigido a quienes pretenden imponer una ideología de corte totalitario contra el parecer de la mayoría de la población”.

Desde la sede de la CEV en Caracas denunciaron que el Ejecutivo, la “ilegítima asamblea nacional constituyente” y el Consejo Nacional Electoral pretenden conculcar la libertad del pueblo a elegir a sus gobernantes en justa competencia electoral.

“Ignorar al pueblo, reducir ese concepto a una parcialidad política, son tentaciones propias de los regímenes totalitarios que terminan siempre despreciando la dignidad del ser humano”, manifestaron los obispos.

El prelado emplazó a la sociedad civil y a los partidos a exigir la restitución del poder soberano por vía de referendo consultivo, manifestaciones u otros mecanismos establecidos en la Constitución.

“Exhortamos a la Fuerza Armada a que se mantenga fiel a su juramento ante Dios y a la patria de defender la Constitución y la democracia, y a que no se deje llevar por la parcialidad política e ideológica”, expresó monseñor Juan Carlos Bravo Salazar, obispo de la Diócesis de Acarigua.

Al leer el documento sostuvieron que la Iglesia no alienta los deseos de venganza ni retaliaciones, pero tampoco promueve la impunidad de delitos que atentan contra la vida, la dignidad humana y los derechos fundamentales.

No callar. Justo cuando se iba a iniciar la rueda de prensa para informar sobre las conclusiones de la asamblea del episcopado, el padre Lenín Bastidas, párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Soledad, en Anzoátegui, interrumpió y reclamó a los obispos  asumir una posición más enérgica ante la situación del país.

El sacerdote, que caminó en 2016 desde oriente hasta la capital con la misión de inspirar a otros católicos a luchar ante la grave situación del país, exigió a los representantes eclesiásticos no callar ante la crisis del país ni frente a los políticos “corruptos”.


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