Dígale a Carlos Felipe Álvarez que no puede hacer algo y espere. Siémbrele en la cabeza un desafío y él buscará la manera de que germine y florezca. Cuando apenas estrenaba su carrera dramática en 2002 con un papel en Mi Gorda Bella, un primer actor le aconsejó que tirara la toalla, que lo suyo no era la interpretación. «Hice todo lo contrario y me esforcé más». Atrás quedaron el modelaje y los estudios de Administración, que engavetó por el nuevo oficio. Meses después, el novato era uno de los nominados a los premios Intel en Miami como mejor actor juvenil.Asígnele un personaje de niño bueno ?quizás el enésimo que haya encarnado? y se sentará con diligencia a analizar cómo hacerlo distinto a los anteriores. Entregado a cada objetivo, discreto en sus romances y poco propenso a los escándalos, el actor refiere que la sangre liviana para trabajar en equipo le ha ayudado a hacer transiciones fluidas entre varios canales de televisión, una hazaña táctica en tiempos en los que la producción nacional es mínima.A los 32 años de edad es de los que creen que querer es poder. Desde los zapatos de Maximiliano Esquivel, el protagonista de Piel Salvaje ?el dramático más reciente de Martin Hahn para RCTV, inspirado en La Fiera? considera que lo que se necesita para reflotar la industria de la telenovela en Venezuela no es solo liquidez, sino también autoestima. «A veces sentimos que nos estamos quedando solos, pero tenemos que volver a confiar en que sí podemos hacer producciones de excelente calidad. Hay mucha gente valiosa luchando para que eso pase. Esta novela es 100% venezolana y no tiene nada que envidiarle a productos de afuera. Volver a RCTV para mí fue un honor».Vida a la intemperie. Quedarse quieto no es un rasgo que lo distinga. Desde niño, Álvarez siente una pasión desmedida por los deportes. «Mis padres siempre me alentaron a ejercitarme, pero con el tiempo los deportes se fueron volviendo más extremos», acota con gracia el menor de seis hermanos, hijo de una abogada y un comerciante. El actor participó en tres mundiales de paintball en Estados Unidos y ha viajado por Latinoamérica para practicarlo con varios equipos. También hace gravity, motocross, ciclismo, escalada, pesca submarina, maratonismo y está aprendiendo a surfear. «Son hobbies que me ayudan a conectarme conmigo mismo, son una forma de meditar. Cuando haces una telenovela, pasas meses llevando una vida paralela, con una familia, una pareja, una casa y un trabajo que no son tuyos y un estrés que tampoco te pertenece. Hacer deporte me ayuda a desconectarme de eso. Viajar, también. Nunca paso mucho tiempo en el mismo lugar».Uno de sus hitos es haber escalado los picos Humboldt y Bolívar. «A pesar de que pasé un año preparándome, jamás pensé que fuera tan duro, pero se trata de una experiencia increíble. Estamos tratando de armar un equipo para alcanzar otros picos y, eventualmente, el Everest». En otras facetas, también ha colaborado con la fundación El Camino a la Felicidad, que Ruddy Rodríguez ha promovido en Venezuela. «Es un esfuerzo en favor del rescate de los valores. Me pareció importante ser parte de eso porque tenemos que hacer algo por el país: no solo quejarnos o culparnos».Entre sus sueños actorales, espera con ansias que le permitan interpretar a un antagonista, un papel esquivo en sus 13 años de carrera. Sabe que lo han encasillado como galán y que en ese aspecto su buen porte lo ha limitado. «Cuesta que me vean con otros ojos, pero ese reto me encantaría. Igual siento que los personajes te buscan, así que espero que ese me encuentre en algún momento, porque lo estoy llamando». Mientras tanto, no se desgasta demasiado pensando en el futuro. Tras un viaje a la India, aprendió a tener mayor conciencia de vivir en el presente. «Eso es la felicidad. Estar aquí sin pensar en el pasado o en lo que vendrá».SIN LIBRETO¿El mejor consejo que le han dado? Es de mi papá: «No intentes entender a las mujeres. No vas a poder (risas). Ellas son así».¿Un papel por interpretar? Un náufrago. Un personaje olvidado que atraviese muchas dificultades.¿De no ser actor, qué habría hecho? Siento fascinación por el turismo. Me encantaría mostrar a la gente rincones de Venezuela.¿Un talento oculto? Colecciono instrumentos y cuando puedo los toco. Es algo que me gustaría estudiar más adelante; siento que se me da.¿Le intimida que lo piropeen? A veces sí. Algunas mujeres son muy lanzadas. Es algo que puede hacerte sentir muy bien, pero en eso no soy tan lanzado como otros.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!