Sonia Soberats aprendió a ver con las manos. El tacto es su aliado desde que un glaucoma la dejó invidente en 1991. El estrés por haber perdido a sus dos únicos hijos, víctimas del cáncer, hizo que su enfermedad se agudizara. ?Nunca más pude ver el cielo y el mar?, es lo que más lamenta la protagonista de El laberinto de lo posible. La mujer de 76 años de edad continuó con su vida. Hace más de 3 décadas, sin hacer caso a quienes creían que era imposible, se fue a estudiar fotografía a Nueva York, ciudad en la que vive actualmente. ?Allá aprendí a usar el bastón, el método Braille, a cocinar, a limpiar, a ser autosuficiente. La Gran Manzana es el sancocho de todas las nacionalidades, por eso no todo el mundo sabe lo que es un perro guía?. Le costó adaptarse, pero halló un oasis en los museos, esos sitios en los que se reencuentra con el arte, su refugio en la adversidad. ?La luz es fundamental. Cada uno de nosotros puede iluminar el mundo y nadie se entera?, son las primeras palabras de la fotógrafa invidente en la ópera prima de Wanadi Siso. El director conoció a la artista a través de sus fotos. ?Sabía que detrás de esas imágenes imprecisas había alguien con una profundidad inmensa. Lo que comunicaba me atrajo hacia ella con una fuerza magnética?. Desde 2010 y con un presupuesto de 40.000 dólares, el creador se aventuró en la búsqueda de Soberats. ?Tuve que desplazar a todo un equipo de producción a Nueva York para registrar su cotidianidad?. En esas imágenes Soberats muestra su labor en el Seeing with Photography Collective, grupo con el que se reúne una vez a la semana. ?Yo compongo con base en los recuerdos. Sitúo a los modelos, pregunto los colores del ambiente que los rodean y cuando todo está en su sitio apago las luces. Luego con una linterna voy pintando con luz todos los elementos mientras el obturador de la cámara está abierto?, señala la artista, que evalúa su trabajo gracias al feedback de la gente. ?Los originales de mi fotografía están en mi mente. El público ve una copia de eso. Sus impresiones alimentan mi trabajo y me satisface saber que lo que me imaginé les llegó?. Su trabajo ha sido expuesto en Nueva Jersey, Barcelona (España) y Caracas, ciudades que visitó Wanadi Siso durante los tres meses de rodaje. ?Hubo momentos difíciles y muy enriquecedores. Compartimos con invidentes en todos esos lugares, que conocimos con una perspectiva mucho más intensa que la del turista?.   El laberinto de lo posible ha participado desde hace 2 años en 34 festivales nacionales e internacionales que se han celebrado en ciudades como Buenos Aires, Bogotá, Polonia, Serbia, Caracas, Margarita y Mérida. La cinta ha recibido 10 galardones, entre los que destaca el premio al Mejor Documental en el Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño en 2014. Luego del estreno del filme se realizarán proyecciones especiales con closed caption, un sistema de subtitulado especial para personas con discapacidad auditiva. Asimismo, la modalidad de narración descriptiva estará disponible para quienes tengan discapacidad visual.   El laberinto de lo posible Cinex y Cines Unidos Estreno: mañana


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