A Aksenti Ivanovich lo agotaron las pasiones. Quedó seco, como si lo hubieran consumido las ansias de una amante. Así que, luego de un constante cuestionamiento de identidad y su monótono trabajo de afilar lápices ?el último eslabón en la cadena burocrática rusa?, terminó recluido en un triste y oxidado manicomio.Su delirio, que retumba como denuncia contra el sistema y las frustraciones humanas, toma nuevamente cuerpo y voz en Carlos Sánchez Torrealba, protagonista del monólogo escrito por Nikolai Gogol, Diario de un loco.El intérprete, director y docente del Taller Experimental de Teatro ya había presentado la pieza, con puesta en escena del fallecido Eduardo Gil, en el año 1994. En esa época, además, el grupo llevó el montaje a Brasil y a Egipto, donde Torrealba recibió un reconocimiento como Mejor Actor en el X Festival Internacional de Teatro Experimental de El Cairo.Dos décadas después vuelve sobre Aksenti Ivanovich, sobre Gógol y la dramaturgia rusa como un homenaje a sus maestros, al monólogo como género y al teatro de arte. La pieza estará desde mañana en la Sala Experimental del Centro Cultural BOD en La Castellana.?Regreso a este personaje lleno de mucha energía, de excitación. Siento una emoción similar a la del reencuentro con un buen amigo?, señala con su voz ronca Torrealba. ?Desde 2014 he querido hacer un monólogo anual, porque es una maravillosa experiencia para esa gimnasia del alma que nos toca desarrollar?, agrega.Diario de un loco forma parte del libro de relatos Historias de San Petersburgo y ha sido versionada en teatro en varias oportunidades. En esta ocasión, el montaje cuenta con la música original de Sergio Colmenares, escenografía de Rafael Santana y la participación especial de Mariela Suárez.La historia presenta a un funcionario de la Rusia zarista que poco a poco pierde la razón por su inconformidad con el trabajo y el amor no correspondido que siente por la hija de su jefe. Sus desvaríos lo llevarán a creerse rey de España.?¡Quisiera escribir como Gogol, como Dostoievski, como José Ignacio Cabrujas… Es algo maravilloso!?, exclama el actor. ?El texto de Diario de un loco es un entramado muy delicado. Por un lado, indaga en preguntas que nos hacemos los seres humanos todos los días, como quién soy yo. Luego, en aquellas que tienen que ver con el sistema: ese aparato diabólico que se llama burocracia y que lo allana todo; además, el tema de las desigualdades, las diferencias y el amor?.Torrealba, quien celebra que también existan unipersonales más comerciales y otros géneros como el stand up comedy porque integran la diversidad, afirma que la principal dificultad del monólogo es el tempo: ?La cuestión está en cómo ser fiel al texto e ir en los ritmos de las sensaciones. Cómo darle espacio a cada emoción para que pueda intercambiarse en ese fluido milagroso que solo da el teatro con los espectadores?.Diario de un loco Sala Experimental, Centro Cultural BOD, La Castellana Funciones: viernes, 7:00 pm; sábado y domingo, 6:00 pm Entrada: 450 bolívares


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