Cali, la sucursal del cielo, el reino de la salsa. La capital vallecaucana es música, baile, sabor y alegría. Pero también es arte, historia, cine y cultura. Una ciudad que se consolida como destino turístico para Colombia y el mundo. Estos cuatro planes le permitirán llevarse la mejor impresión de esta ciudad, y despedirse con la promesa de regresar. ?Ensálsate?. El segundo viernes de cada mes, en el salón Ritz del Hotel Dann Carlton de Cali se ofrece un espectáculo donde las más populares melodías colombianas son las protagonistas. Pero con una diferencia. Por ejemplo, la emblemática Piragua de José Barros, al igual que el sanjuanero huilense fueron adaptadas al ritmo de la salsa. Sin olvidar, por supuesto, clásicos del Grupo Niche. De esto se trata Ensálsate, un espectáculo con más de 100 bailarines en escena, 500 cambios de vestuario llenos de brillo y color y una enérgica orquesta tocando en vivo. Un producto caleño de exportación. Los jóvenes que le dan vida son aquellos que escogieron la salsa como camino profesional y forma de vida, provenientes de los diferentes barrios de Cali. Para conocer los orígenes de Ensálsate y hasta soñar con bailar parecido a los protagonistas de esta función está la Academia Tango Vivo y Salsa Viva. http://ensalsate.co/ La ciudad y los gatos. La historia y las tradiciones de Cali se conocen al recorrer sus calles y especialmente el bulevar del río Cali. Allí están la imponente Ermita, la iglesia gris de estilo gótico que data de 1942 y el puente Ortiz, una bella construcción de 170 años de existencia. También el imponente teatro Jorge Isaccs junto a una estatua que de este autor vallecaucano en el Parque de los Poetas. Y el río Cali que lo atraviesa todo. Allí, en un bulevar recientemente remodelado y embellecido, también se les rinde tributo a los gatos. Principalmente al gato de Tejada, una escultura de bronce, sonriente y de 3,5 metros de altura hecha por el maestro Hernando Tejada. El gato está acompañado de otras 15 esculturas felinas, producto de un concurso que hizo la ciudad y elaboradas por distintos artistas. Unas impactantes y coloridas obras de arte felinas que vale la pena contemplar con detenimiento. San Antonio. Es el barrio de Cali que parece un pueblito inmerso dentro de la ciudad. Sus casas pintorescas mantienen un estilo colonial que refleja sencillez, cercanía y calidez para el turista. San Antonio es el hogar del arte, la cultura y la vida bohemia representados en pequeños restaurantes, almacenes de artesanías y anticuarios, cafés, bares y galerías de arte. Es el sitio preferido de los extranjeros que llegan a Cali, sobre todo de los mochileros. Su nombre se debe a que en la cumbre de la colina se alza la iglesia más antigua de Cali, la capilla de San Antonio, construida en 1746 y dedicada al santo de los novios. La ubicación de este templo ?en medio de un inmenso parque donde locales y turistas se sientan a descansar? es quizás también el mejor mirador para divisar todo Cali, más accesible a pie que los cerros de las Tres Cruces y Los Cristales. Por la tradición de este barrio, las mujeres caleñas recitan su oración de memoria: ?San Antonio, dame un novio. San Benito, que sea bonito??. Allí está Café Macondo. Este lugar parece haber sido concebido en la cabeza de Gabriel García Márquez, con una propuesta musical de jazz y bossa nova, y las mejores mezclas de café, especias y licores. Además, ofrecen una proyección diaria de una película en la pequeña sala de cine que sus dueños construyeron en la última habitación de la casa que fue adaptada para darle vida a Macondo. Y el café que sirven es una delicia. Se trata de cafés especiales tipo gourmet, que satisfacen los paladares más exigentes. Caliwood. Con una colección de 70 películas en celuloide y proyectores de cine de hasta 70 años de antigüedad, el caleño Hugo Suárez abrió Caliwood, un lugar donde, hace 11 años, exhibe su colección personal de cine y tesoros de los inicios del séptimo arte en el país. Como las 30 fotografías originales del rodaje de María, adaptación de la novela de Jorge Isaacs hecha en 1922; y un ferrotipo de 1876 que retrata un par de soldados del ejército conservador. El museo apunta a consolidarse como un ambicioso proyecto cultural y turístico que busca destacar la industria colombiana del cine. Caliwood alberga más de un siglo de cultura del cine en 250 metros cuadrados, no solamente elementos icónicos de producciones extranjeras sino también joyas como una de las cámaras de video de Andrés Caicedo y el proyector de Gabriel García Márquez. También tiene 82 afiches de producciones colombianas, algunos de ellos firmados por sus directores y productores, quienes también eligen la pequeña sala de cine de Caliwood, ?Cinema Lumiére?, para lanzar sus películas. La más reciente fue el estreno de Sex, Love & Salsa, de Adrián Manzano. www.caliwood.com.co  


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