Dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por el actor Leonardo DiCaprio, la taquillera cinta se pudo concretar tras el aporte de 100 millones de dólares por una pequeña productora llamada Red Granite Pictures, que solo había realizado un filme, según la investigación del diario The Wall Street Journal (WSJ). Los investigadores creen que buena parte de ese dinero provino de 1Malaysia Development Berhad (1MDB), una compañía de inversión fundada en el año 2009 por el líder malasio, Najib Razak, con propósito de estimular el crecimiento económico del país. Razak se encuentra asediado por acusaciones de que cientos de millones de dólares fueron robados del fondo estatal 1MDB. Tanto el primer ministro de Malasia como la compañía niegan firmemente haber cometido algún delito. Según el WSJ, llevó seis años producir la película El lobo de Wall Street, debido a que los estudios de Hollywood eran reticentes a invertir en una película sobre corrupción financiera. El sitio web de Red Granite Pictures nombra a Riza Aziz (a quien el WSJ identifica como el hijastro de Razak) como cofundador y copresidente de la compañía. Los investigadores creen que unos 155 millones de dólares originados en 1MDB fueron vertidos a Red Granite en 2012 a través de una intrincada ruta que involucra a compañías de fachada offshore, indica el diario, que cita a fuentes no identificadas cercanas a la pesquisa. El FBI emitió citaciones para varios antiguos y actuales empleados de Red Granite, así como a un banco y una firma contable que utilizaba la productora, agrega. Por su parte, Razak dice ser víctima de una conspiración política en su contra, reseñó Globovisión. El lobo de Wall Street se basa en la vida de Jordan Belfort, quien en los años 90 se convirtió en un rico corredor de bolsa que defraudó a inversores, y quien llevó una vida cargada de sexo y drogas. Belfort fue a prisión tras declararse culpable de fraude y manipulación de acciones.


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