El nuevo libro de Claudia Sierich (Caracas, 1963), Sombra de paraíso, que recién publica el sello Oscar Todtmann Editores es un  trabajo francamente sublime. En efecto, esta poeta que lleva a cabo también el oficio de traductora nos trae un libro en el que se manifiestan dos planos, uno de la interioridad y otro propio del mundo fenoménico y del devenir.En este libro está recreada la vivencia del alma mediante la palabra y su rítmica inherente. El nivel de depuración de la edición es excelso, de modo que queda en evidencia un trabajo muy limpio y donde la concepción del artefacto como totalidad orgánica y apolínea está muy patente.La palabra de Claudia Sierich está imbricada de un misticismo muy particular, donde se manifiesta lo interior y una vida estrechamente vinculada a la literatura. La creadora deja traslucir, mediante este trabajo, toda la mirada profunda con la cual ella se aproxima al oficio de traductora, de modo que este texto es una poética per se. El tono de la edición está concebido para el lector iniciado y capaz de degustar las sutilezas con las que su escritora aborda al fenómeno del lenguaje.  Así, la poeta expresa, por ejemplo: ?Traducir como desalojo. Cambiar las palabras de lugar y cambiar de lugar. Desplazamiento, deformación, transformación (?) Porque de alguna forma todo poema es ya traducción. ¿De qué lengua a qué otra lengua? ¿Quién dice lo que dice? ¿Y para quién? Inextricables: poemas, lecturas, traducciones, lecturas, poemas. Los silencios que cuidan, se expanden?.La autora se vale de la prosa poética para lograr ese ritmo que da el tono singular a este texto, una rítmica conseguida mediante un discurso que fluctúa y que en sí mismo deviene. Incluso, para darle un mayor énfasis a esa palabra que fluye, que va y viene, la edición está ilustrada con grabados y litografías de Lihie Talmor, una artista cuya obra se ha caracterizado justamente por la minuciosidad y la potencia en la expresión de lo interior.Asimismo, las analogías entre las instancias íntimas, al igual que el mundo fenoménico están muy marcadas en esta propuesta en la que la autora apela a una percepción no ordinaria de las cosas y del hecho existencial.La apreciación del tiempo como aspecto per se, así como sus diversas lecturas es preocupación permanente de la poeta y ello en sí constituye una mirada abismal e indecible al propio hecho existencial. De este modo, la creadora expresa: ?Tiempo en obra: el que no se va, no se encoge, no se pierde, el que siempre de nuevo se queda conmigo ?este arroyuelo sin nombre?, sentido y como posible sentido (?) Me ofrecen formas para aprehender el tiempo. Me obligan. Comprometen mi pulso. Influyen en mi conducta. Los idiomas tienen sus propias velocidades. ¿Qué pasa con los que no tienen ninguna forma para el futuro??.Claudia Sierich ha tenido una vinculación honda con la lírica y ya hacia el año de 1999 ganó el Concurso de Poesía del Taller Literario Lugar Común de la Universidad Simón Bolívar en su primera edición. Además, ha publicado el libro Imposible de Lugar que obtuvo el Premio de Poesía Autores Inéditos de Monte Ávila Editores en al año 2008 y tuvo mención honorífica del Premio Municipal de Literatura de Caracas 2010. Adicionalmente, en el año 2011 publicó Dicha la dádiva con la editorial Equinoccio. De modo que toda esa experiencia literaria se enriquece con su trabajo en tanto traductora e intérprete en conferencias, dándole una mirada inusual, real y profunda en torno a los discursos.Asistimos con este libro de Claudia Sierich a una edición de gran refinamiento, así como de una sutileza poco común en nuestro panorama. Sin duda alguna que esta autora está inaugurando un discurso y un tempo propio, uno donde la sedimentación a nivel del lenguaje, sus giros y texturas, están en un primerísimo primer plano.Sombra de paraíso.Claudia Sierich Oscar Todtmann EditoresCaracas, 2015.Con esta nota sobre Claudia Sierich, La Paciencia se despide hasta el próximo 11 de enero, deseándoles a todos una feliz navidad y un venturoso año 2016.


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