La vida de Charlie Brown es de derroteros. Cualquier niño de su edad con tan mal prontuario no saldría de la oficina del psicólogo y sus padres estarían preocupados por la depresión consiguiente.Sin embargo, en el mundo de Snoopy los adultos no son una necesidad. Su existencia se presume, pero no se constata. Es como si hubieran tenido hijos y abandonado el pueblo. La única representación es la maestra de escuela, pero es abstracta. Su voz en ininteligible y no tiene mayor importancia para los menores fuera del salón de clases.Ese es el contexto de la película Snoopy & Charlie Brown: Peanuts La Película, que se estrenó el viernes en Venezuela. A pesar de la mala racha y la subestimación de los compañeros de escuela, el joven no necesita terapeuta. Para confiar en un mejor porvenir tiene a su perro, una criatura bastante extraña en comportamiento por sus maneras humanas y ensoñaciones. Si su rutina no es la anhelada, la vida se trastoca aún más cuando llega una nueva niña a clases y al vecindario. Teme hablarle y todo plan para acercarse a ella no tiene muy buen pronóstico.El director del largometraje animado es Steve Martino, responsable de La Era del Hielo 4 (2012) y Horton y el Mundo de los Quién (2008), quien quiso afianzar un mensaje en el que invita a no amilanarse ante las dificultades.Un detalle destacable de la película es que los otros niños no caen en la humillación hacia el protagonista. Aunque no esperan mucho de él, la subestimación se limita a simplemente no hacerse muchas expectativas con sus actos.?La llegada de una niña representa un momento importante en la vida de Charlie Brown. Entonces necesita cambiar, demostrar que puede ser un ganador para impresionarla. Lo que podemos aprender de esa actitud es cómo nunca se rinde. Siempre trata de vencer a pesar de las adversidades?, indica por teléfono el cineasta.Cuando Charlie Brown intenta volar un papagayo, se enreda en un árbol en cuyos troncos están los vestigios de intentos anteriores, como recordatorio del fracaso. Cuando aprende a bailar, una vicisitud puede empañar la gala escolar en la que pretende lucirse ante la joven guapa.La película se estrena en un mundo en el que constantemente se incentiva al éxito, a la victoria. La derrota pareciera no caber en un guión de vida que execra las tachaduras. De haberlas, pueden asociarse con minusvalía. Martino no se atreve a decir que los niños no están preparados al fracaso, una lectura que se podría hacer, pero reitera la importancia del mensaje optimista. ?Es necesario destacar que todos caemos y podemos reponernos en la vida. Eso es lo que trato de destacar?, añade el director del largometraje nominado al Globo de Oro como Mejor Película Animada.El guión de la cinta fue escrito por Cornelius Uliano, Craig Schulz y Bryan Schulz, hijo y nieto respectivamente de Charles M. Schulz, creador de la tira cómica Peanuts fallecido en el año 2000. Fueron ellos, junto con Martino, quienes impulsaron una empresa intimidante: llevar al cine la historia de estos personajes con más de 50 años establecidos en la cultura pop occidental. En los setenta Bill Meléndez dirigió varias largometrajes y cortos sobre ellos, con guión de su creador.Por eso, ante el reto de emprender un proyecto sobre una historia intergeneracional, los cabecillas de la adaptación cuidaron, cuenta el cineasta, los detalles esenciales del universo de Charlie Brown y Snoopy. ?La idea fue siempre hacer una nueva historia con estas caras conocidas por todos. Era el reto?, acota el realizador, quien se ganó la confianza de la familia del creador para hacer esta versión en la gran pantalla. Fue intimidante para Martino. No es para menos: ?Pero hubo una energía que me ayudó a sobrellevar toda contrariedad?.Martino no conoce Venezuela, pero aprovecha la conversación para hablar de su pasión por el fútbol, que vincula con el país. ?Soy un amante del fútbol?, exclama el director estadounidense, en cuyo país se encuentran Giovanni Savarese como director técnico del New York Cosmos y Fernando Aristeguieta en el Philadelphia Union. 


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