A dos años y medio de la trágica muerte de Paul Walker, un juez federal del Estado de Los Angeles (EE.UU.) descartó que la empresa Porsche tenga algún tipo de responsabilidad en el deceso del protagonista de Rápido y furioso. El magistrado, Philip Gutierrez, desestimó una demanda presentada en contra de la marca de automóviles por Kristine Rodas, viuda del conductor del vehículo en que viajaba el actor como copiloto, Roger Rodas. La demandante aseguró que el Porsche Carrera GT en que se desplazaban las dos víctimas fatales presentaba defectos de fabricación y seguridad. Rodas argumentó que el auto no estaba diseñado para soportar un impacto lateral, y que tenía defectos en el depósito de bencina y en la suspensión. Pero el juez rechazó aquellas acusaciones. El informe policial del caso indica que el automóvil transitaba a una velocidad de entre 128 y 150 kilómetros por hora, no a 88, como aseguró la viuda del chofer. La velocidad máxima permitida en la zona es de 80. Walker y su amigo murieron el 30 de noviembre de 2013, tras salirse de una curva y chocar con un poste y un árbol. Posteriormente el Porsche se incendió. El accidente se produjo en el barrio de Valencia, en la ciudad de Santa Clarita. Por aquel entonces el actor estaba participando en el rodaje de la séptima entrega de la franquicia. 


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