«El impeachment es impensable, generaría una crisis institucional», escribió Michel Temer en su cuenta de Twitter como vicepresidente brasileño en marzo de 2015. «No tiene base jurídica ni política».Pero poco más de un año después, el Senado brasileño decidió este jueves suspender a la presidenta Dilma Rousseff para juzgarla por presunto maquillaje del presupuesto de gobierno, y Temer se apresta a reemplazarla.La decisión del Senado, por 55 votos a 22, sería notificada a Rousseff en la misma mañana de este jueves por el primer secretario del Senado, y luego al propio Temer para que pase a actuar como presidente brasileño en ejercicio.Evitar una «crisis institucional», como Temer advertía, es apenas uno de los retos dantescos que enfrenta este político durante los 180 días que Rousseff puede estar suspendida, y quizá hasta fin del mandato en 2018 si fuera destituida.Panorama complicadoCondenado hace pocos días por violar reglas de financiamiento electoral, Temer será ahora presidente interino de un país en recesión económica, conescándalos de corrupción que le salpican cerca, un Congreso fragmentado, epidemias de dengue y zika, y preparándose para recibir los Juegos Olímpicos de Río en agosto.El izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) ya está en pie de guerra con esteexperto en derecho constitucional de 75 años, a quien acusa de «golpista» y promete enfrentarlo en las calles.Temer parece además lejos de ser una figura popular: una encuesta indicó recientemente que apenas 2% de los brasileños votarían por él, mientras de tres de cada cinco quieren que vaya a un juicio político al igual que Rousseff.»Temer entra (a la presidencia) con una desconfianza social muy grande», le dijo a BBC Mundo Marco Antonio Teixeira, un politólogo de la Fundación Getúlio Vargas, una universidad brasileña de élite.Colaboradores investigadosVicepresidente de Rousseff desde 2011 sin mucho protagonismo, Temer pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una fuerza centrista que rompió con el gobierno este año. El nombre de Temer aparece mencionado en el escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras|Foto: AFP Aunque su nombre ha sido mencionado por delatores del escándalo de sobornos en la petrolera estatal Petrobras, la fiscalía ha evitado hasta ahora pedir investigarlo como sí hizo con decenas de políticos.Pero una corte electoral de São Paulo condenó este mes a Temer por pasar el límite de donaciones electorales, lo que puede llevar a que le prohíban presentarse a elecciones por ocho años, aunque no le impediría ejercer el gobierno ahora.Además, el mayor tribunal electoral de Brasil estudia denuncias que piden anular el mandato de Rousseff y Temer bajo el argumento de que su campaña de 2014 recibió dinero desviado de Petrobras.Ambos han rechazado la acusación, pero si el tribunal falla a favor de las denuncias este mismo año, se convocaría a nuevas elecciones.¿Candidato presidencial?Temer ha negado que piense en ser candidato presidencial en 2018, intentando calmar a posibles aliados que sospechan que al apoyarlo fortalecerían su figura y perjudicarían las posibilidades electorales propias.Aunque ha indicado que pretende encabezar un gobierno de «unidad» o «salvación» nacional, formar un gabinete y una coalición legislativa se volvió una tarea compleja para Temer, que trabaja en eso desde hace semanas. Temer descartó su candidatura presidencial para 2018 | Foto: AG Brasil  Entre sus principales colaboradores hay políticos investigados por la justicia como Geddel Vieira Lima, un exejecutivo de un gran banco público que sería secretario de gobierno, o Romero Jucá, un senador investigado en la causa Petrobras que sería ministro de Planeamiento.La idea inicial de Temer era formar un gabinete de notables, pero se ha inclinado por nombrar políticos de distintos partidos para lograr mayorías en un Congreso que conoce desde dentro.Una señal de los problemas que enfrenta surgió el miércoles: mientras el Senado votaba el juicio político a Rousseff, el diario Folha de S. Paulo informó que la posible designación del diputado Newton Cardoso Jr. en el ministerio de Defensa causó malestar en las Fuerzas Armadas, que lo consideraban alguien carente de experiencia.Finalmente se aclaró que el diputado no irá a Defensa.RecortesTras la suspensión de Rousseff, Temer prepara un mensaje público donde, según medios de comunicación locales, prometerá dejar que continúen sin interferencia las devastadoras investigaciones de sobornos en Petrobras.Además prevé recortar gastos para frenar el déficit presupuestal, que llegó a 10,8% del PIB.Sin embargo, las medidas de austeridad y en particular cualquier cambio de leyes laborales que el PT instauró en 13 años de gobierno, pueden ser altamente impopulares en Brasil. Brasil vive una profunda crisis económica | Foto: Getty Está previsto que el nuevo ministro brasileño de Hacienda sea Henrique Meirelles, un ortodoxo expresidente del Banco Central y ejecutivo financieroque trabaja en reserva en un plan de ajuste.Entre las medidas que se estima que serán impulsadas figuran privatizaciones de empresas estatales para obtener recursos fiscales y una reforma del sistema de pensiones.»Su principal desafío es mejorar el ambiente económico, pero muy rápido, al punto de tener nuevamente inversiones y contener el desempleo», indicó Teixeira.»Si lo consigue, podrá reducir la desconfianza social y minimizar la crisis política. Pero si no lo consigue, la crisis política va a obstaculizar las reformas», añadió.»Dura oposición»Durante la votación del Senado que suspendió a Rousseff varios congresistas de izquierda advirtieron que se disponen desde ya a enfrentar al nuevo gobierno.»La restauración del neoliberalismo que ellos quieren sólo es posible a través de un golpe», sostuvo el senador Lindbergh Farias, del PT. «Vamos a hacer una dura oposición, porque no aceptaremos que retiren derechos de los trabajadores». Lindbergh Farias, del PT, dice que quieren reuinstaurar el neoliberalismo dando un golpe| Foto: AG Senado Pero el senador Jucá, del PMDB de Temer, sostuvo que éste asume «por la legitimidad de los votos» que recibió como vicepresidente de Rousseff y advirtió que Brasil corre el riesgo de acabar como el Titanic.»Estamos cambiando el comando para que el barco no se hunda», comparó.Cássio Cunha Lima, un senador del partido socialdemócrata PSDB que integrará la coalición con Temer, advirtió que las protestas con golpes de cacerolas que en tiempos recientes surgieron contra Rousseff en varias ciudades pueden volver rápido.»No nos podemos engañar con que las cacerolas serán guardadas», dijo.»Las ollas volverán a ser usadas si no tuviéramos la exacta dimensión de la transformación que la sociedad exige».


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