Todo indica que los resultados del domingo 6 de diciembre serán muy distintos a los que tradicionalmente estuvimos acostumbrados a recibir durante casi veinte años de historia venezolana. Las encuestas, más que los expertos, sorpresivamente nos madrugaron con indicadores que aunque se esperaban, no se creían. Las más conservadoras, incluyendo aquellas abiertamente pro oficialistas, hablaban de 15% de ventaja de la oposición sobre el chavismo, las más liberales de hasta de 30%.Sin embargo, la mejor encuesta que podemos aplicar tiene dos variables a analizar. La primera, es el propio pueblo y su realidad. En las calles se nota el descontento, la ansiedad, la falta de motivación, la incertidumbre. Un kilo de pollo es igual a un kilo de oro, un papel higiénico a una comida en el mejor restaurante.La muerte se relativizó, para el mayor pesar de los venezolanos. Si es rojo, blanco, amarillo, de este o aquel lugar, todo forma parte de los atenuantes o agravantes en un país tan desigual que siendo rico está quebrado, con una estanflación alarmante que repite índices de pobreza y miseria que se vivieron en otros tiempos tan criticados por el propio chavismo.Por cierto, un chavismo que en sus bases reclama lo que tanto se le prometió, con un genuino ?guayabo? por los ideales que recibieron del finado y que sienten que o no sirvieron para nada o que la propia dirigencia roja traicionó. La ineficiencia, desidia e indolencia se sienten incluso en las filas del partido de gobierno, el cual se ha encargado de llevarse por delante a todo el que piense distinto, ?pulverizándolo? al mejor estilo de las palabras de Chávez.La gente está arrecha. No se cala más la humillación, así de sencillo. No se creen más el ?pero tenemos patria?, ?lo importante es mantener la revolución? o el ?viviremos y venceremos?. Mucho menos el cuento de la guerra económica, de allí que el gobierno en tan corto tiempo haya paneado mil y un escenarios de conflicto para tratar de distraer a la población de los verdaderos problemas del país.El otro elemento tiene que ver justamente con las acciones del gobierno de cara a lo inminente. Una clase gobernante obscena, sin pudor, que ha violado reiteradamente muy buena parte de las leyes venezolanas sin el menor temor a las consecuencias legales. ¿Todavía se preguntan si hay separación de poderes? Prenda VTV y respóndase.Han violado sistemáticamente leyes san sensibles como la propia Ley Anticorrupción, con el único fin de tratar de echarle una ?ayudaíta? a sus candidatos que no reflotan ni anclándose a la imagen de un Chávez que luce cada vez más distante, casi como un opositor a las ideas y acciones del gobierno actual. Pero qué se hace, el finado escogió a su sucesor y la gente le creyó. Quemaron un cartucho que estoy seguro no podrán volver a utilizar.Con el desarrollo de la última campaña audiovisual del sistema de medios públicos, donde se dice que ni las pensiones, ni las casas, ni la comida, ni la seguridad serán garantizadas de ganar la oposición, cabe preguntarse: ¿es que acaso estos elementos están garantizados en este momento? ¿De verdad al recibir su pensión con ese dinero puede comprar algo? ¿Puede hacer mercado? ¿Se siente seguro al salir a la calle? ¿Se siente segura en casa?Es muy claro, el tiempo se les acabó. Tuvieron 17 años para demostrar que tenían la razón; que el socialismo del siglo XXI era la vía alterna para un mundo ?pluripolar?; que tendrían la capacidad para generar bienestar social en un marco de estabilidad, de coherencia económica, política, social; que el hombre nuevo sería el resultado de las nuevas doctrinas políticas; que usted y yo tendríamos un futuro seguro, junto a los nuestros.No fue así. Punto. Ahora le toca el turno a otros jugadores, que cuenten con el apoyo de los venezolanos y a los que deseamos lo mejor, en el cumplimiento de una tarea nada fácil: refundar un país que está en ruinas. De no hacerlo, seguro estaremos del otro lado haciendo la misma oposición de rigor, denunciando y exigiendo nuestros derechos, como lo hacemos en este preciso instante. @leadpoz


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