Muchas veces se nos olvida la relevancia de lo que proyectamos a través de nuestra imagen, pues sin duda habla por nosotros. Además, es cierto que esa primera impresión deja una huella en la percepción de los demás. Por eso, es importante analizar cómo nos observamos y cómo nos distinguen no solo en cuanto al aspecto estético, sino también descubrir un equilibrio, pues es fundamental transmitir lo que realmente somos.Eso que proyectamos nos puede facilitar o dificultar el acceso a nuevas oportunidades, por lo tanto, debemos cuidar nuestra imagen para que en todo momento sea una excelente reflejo de lo queremos mostrar.También, es parte esencial de nuestra proyección adecuada el comportamiento que asumimos y nuestra conducta, pues un desenvolvimiento apropiado en todo momento proyecta valores coherentes y acordes con la imagen que deseamos inspirar como personas. Es posible que una conducta inadecuada en algún momento pueda perjudicar la imagen y es poco probable que podamos recuperarla.Por otro lado, también influye la forma de vestirse, el estilo que nos caracteriza, así como el arreglo personal. Es muy oportuno que cuidemos la apariencia física, pues debemos escoger nuestra vestimenta según las metas que nos trazamos, ser detallistas para dar una buena impresión. Si se trata de un ambiente laboral, se busca transmitir sobriedad y discreción, con un estilo que exteriorice respeto y presencia corporativa.En este sentido, es imprescindible mantener coherencia entre la forma de vestir que usamos, nuestro comportamiento y nuestra comunicación, para no transmitir una imagen distorsionada. La comunicación genera en los demás una idea de quiénes somos. El estilo comunicativo es esencial, pues demuestra nuestro nivel de educación, de preparación y facilidad para socializar, que, sin duda, son determinantes en la imagen que se forman de nosotros.Elementos como el lenguaje corporal también influyen en la manera como somos percibidos. Por tanto, es primordial la seguridad que manifestamos con la posición de nuestro cuerpo, caminar erguido, el movimiento de las manos. Si sabemos manejar acertadamente este conjunto de señales, mostraremos un perfil de seguridad en nosotros mismos.En conclusión, es ineludible proyectar una imagen ante los demás, que se forma a partir de nuestra apariencia física, se refuerza con lo que mostramos de nosotros y se conforma con base en lo que los demás aprecian y piensan de nuestra forma de actuar.


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