En una democracia los pueblos se expresan con votos. Ese es el idioma vigente en Venezuela, más allá de las continuas barbaridades que han amenazado  el derecho a ejercer la soberanía nacional mediante el sufragio. Se demuestra, una vez más, que los pueblos terminan imponiendo su voluntad, superando con decoro y coraje, todos los obstáculos que un gobierno abusador colocó en esta ruta de la forma más descarada.No dejo de recordar el rostro de espanto que ponían los oyentes en todas las reuniones que realizamos en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, mientras escuchaban nuestro relato que daba cuenta de la lucha desigual que dábamos en Venezuela. Plantamos cara a un régimen todopoderoso que se vale sin un ápice de escrúpulos de los medios públicos, y al mismo tiempo ?encañona? desde Conatel a la red comunicacional privada que aun sobrevive. Un total de 20 gobernaciones, la mayoría de las alcaldías, el aparato ministerial, Pdvsa, un número significativo de Fundaciones, Corporaciones, Institutos Autónomos, donde se cuentan los parapetos paralelos que han instalado en algunas regiones, como es el caso concreto de la ?Jefatura de Gobierno? creada a ?dedo? para justificar el asalto de los recursos y despojo de competencias que le hicieron a la Alcaldía Metropolitana de Caracas. Escandalosas también las detenciones arbitrarias y las inhabilitaciones políticas express que despacha el gobierno en una combinación diabólica de todos los poderes públicos.El pueblo votó contra esas injusticias, tanto, que en el Táchira la gente después de la privación ilegítima de la libertad del alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos, primero, eligió a Patricia como su relevo,  y ahora dobló en votación la opción gubernamental. No valió ni el ?Estado de Excepción?, ni el derroche de dineros a manos llenas que buscaban desesperadamente imponer  una fórmula cocinada en los conciliábulos del poder.En Aragua  la batalla fue espectacular, una victoria que cubre de gloria a todo un equipo unitario que se quitó de encima la bestial fuerza económica del imperio local. En occidente, los zulianos  también pusieron de manifiesto la imperiosa necesidad de un cambio. Y en Caracas, especialmente en el Municipio Libertador, fue apoteósico el triunfo. 8 de 9 diputados obtuvo la Unidad, resultando Richard Blanco el más votado en la zona, además de vencer en buena lid, a la candidata apuntalada desde Miraflores. Se confirmó que nuestra fuerza es la Unidad, la voluntad de impulsar un proyecto con visión de futuro y la fe en que no estábamos dando ?saltos al vacío?. Hoy nos toca abrir espacios para incorporar a todos los venezolanos en este sueño. 


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