Los 17 años de chavismo y su larga lista de promesas incumplidas han sido una gran estafa. Ahora estamos comprobando el engaño de la tan cacareada ?democracia participativa y protagónica? que prometía un protagonismo masivo del ?soberano? en las decisiones de gobierno, cuando en realidad el autoritarismo de Chávez primero y la ya dictadura de Maduro después, han controlado a su antojo los poderes públicos. Maduro imparte órdenes contrarias a la Constitución sin respeto o consulta alguna a las instituciones democráticas y organizaciones populares. En el modelo de Estado del socialismo del siglo XXI, Chávez señalaba en 2006 que ?había asumido el compromiso de dirigir la revolución bolivariana hacia el socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, la fraternidad, el amor, la libertad y la igualdad?. En 1999 prometía que su proyecto político de la revolución bolivariana estaría basado ?en la tercera vía y el bolivarianismo? y en 2007 reformaba en la práctica la Constitución (aunque perdió el referendo) y dio el salto hacia el socialismo del siglo XXI, que no era otra cosa que el socialismo a la cubana. Chávez promovió la ?creación de comunas socialistas? con un presunto sistema económico comunal que en realidad era un populismo político financiado desde el Estado con fines electorales, así como el supuesto apoyo a la organización obrera por medio de una inexistente autogestión, consistió en el control férreo de los sindicatos que condujo a la quiebra de las empresas estatizadas, no por culpa de sus trabajadores, sino de la corrupción e impericia de los gerentes rojos, en su mayoría militares, como ocurrió en las hoy improductivas empresas de Guayana. Sidor, por ejemplo, lleva más de un año paralizada.Mientras fluyeron a borbotones los petrodólares, muchos creyeron que el modelo chavista funcionaba ?a favor de los pobres?: misiones abundantes; becas para estudiar en organizaciones educativas creadas por el gobierno para ideologizar; aumento desaforado de la burocracia oficial; discurso populista; destrucción del aparato productivo agrícola e industrial con los ?exprópiese?; aumento desaforado del gasto público; regaladera a sus compinches del exterior (Cuba, Nicaragua, Bolivia, Argentina, etc) que nos restó $ miles de millones, acompañada de un endeudamiento irresponsable y una corrupción desbocada, causantes de la ruina mendicante de la Venezuela de hoy, prueba irrefutable de la gran estafa en que devino el chavismo. Teodoro Petkoff pronto avizoró los dos resaltantes rasgos del chavismo: ?el autoritarismo y el militarismo?, al que se le añade el ?populismo?. Con indicadores tan dictatoriales, no extraña que Maduro no haya vuelto a nombrar la ?democracia participativa y protagónica? y haya convertido en delito el voto del 6-D y las firmas para la solicitud constitucional de revocar su mandato, mientras el pueblo está siendo acosado por el hambre, la inflación, el desabastecimiento, las enfermedades, la falta de agua y electricidad y el crimen organizado, incluido el de los delincuentes financiados por el gobierno. No cita tampoco la ?solidaridad, fraternidad, amor, libertad e igualdad del discurso de Chávez, convertidos hoy en su contrario: persecución, presos políticos, violencia, represión, desamparo y desigualdad: la pobreza ha llegado hasta 78% de la población mientras los ?boliburgueses? lucen obscenamente su riqueza.Maduro ha optado por la dictadura ejercida a través de las aberraciones del tsj que anulan las constitucionales decisiones del Parlamento, y la violencia de sus militares contra las manifestaciones ciudadanas pacíficas, como la que esta semana se dirigía hacia el cne (con minúscula) para reclamar su derecho a que se active el referendo revocatorio de un Maduro rechazado por más de 85% de la población. Perdigones y bombas lacrimógenas reprimieron la marcha, acosada por cientos de militares y policías, mientras el hampa anda suelta en el país. Todos vimos en las redes sociales al militar, cargado de rencor, cuando lanzaba el gas pimienta, prohibido internacionalmente, a la cara del gobernador Henrique Capriles, a sabiendas de que días antes había sido atendido médicamente de un problema dérmico en su cara. La prensa internacional narró la brutal represión militar y policial ordenada por Maduro, solo vista en dictaduras, y la valiente llegada al cne del estudiante Diego Hernández y su detención por un militar vergonzante, mientras los soldados aplaudían y se solidarizaban con Diego. El cne y el tsj siguen dando sus últimos estertores a favor del saliente Maduro: El cne retrasando descarada e ilegalmente la verificación de las firmas del revocatorio, amenazando con publicar la lista de firmantes y permitiendo al alcalde rojo Jorge Rodriguez, manosear, copiar y hasta quién sabe si adulterar las firmas recolectadas que deberían ser resguardadas celosamente por el organismo electoral.¿Como puede sentirse el pueblo al saber que con los $ 5.600 millones de gasto militar en el chavismo pudieron haberse construido 56 hospitales; que sus hijos pierden muchos días de clase porque Maduro los declara no laborables con el fin de que no pueda hacerse su revocatorio este año; que con la terrible crisis humanitaria que vive Venezuela, Maduro sigue regalando a Cuba 100.000 barriles diarios de crudo; transfiere a los Castro $ 1.500 millones para una supuesta agricultura urbana, y le perdone a Nicaragua $ 3.500 millones que nos adeudaba y cargue tal deuda a la quebrada Pdvsa? ¿Sabe Maduro que el pueblo hambriento se está preguntando quién paga la milmillonaria cuenta de la defensa de los presuntos narcosobrinos en Estados Unidos y sabe que los rojos de Podemos de España recibieron millones de dólares del chavismo mientras que 70% de las parturientas venezolanas se contaminan en quirófanos de la Maternidad y que ya no les llega comida porque el gobierno no paga a los proveedores, mientras ven en las redes sociales «las rumbas» de los hijos de los boliburgueses en Miami y sus lujosas propiedades en todo el mundo?) ¿Maduro en verdad cree que con sus delictivos cne, tsj y sus militares rojitos va a contener la avalancha de protestas de un pueblo indignado, hambriento y desamparado? 


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