Hablemos de golpes y de golpistas, el país sabe muy bien quiénes nunca han dejado de atentar contra la constitución, las leyes y contra las autoridades legítimamente electas. Son los mismos que en aquel acto de barbarismo recordado por todos los venezolanos trataron de entrar a Miraflores con un tanque de guerra y que luego se sirvieron de las reglas de la democracia para tomar el poder y secuestrarlo, para convertir la ley en voluntad personal, el capricho en norma.Con un fuerte control institucional, altos precios del petróleo y un líder carismático, lograron imponerse muchas veces, pero el éxito electoral del chavismo moriría con el propio Chávez, pocos meses después de su fallecimiento y en medio de una situación económica en pleno declive, el madurismo logró la hazaña de sumarle más de 800 mil votos del chavismo descontento a la candidatura presidencial de Henrique Capriles en 2013. Sería el primer gran éxodo, lo que vendría después sería una estampida.Hoy, cuando la voluntad del pueblo no los favorece, cuando perdieron el poder de coacción y la gente les perdió el miedo, se montan nuevamente en el tanque de guerra para desconocer lo que el pueblo contundentemente ha pedido: cambio. Mientras tuvieron apoyo popular usaron las elecciones como instrumento de legitimación, ahora desprecian a las mayorías y tildan sus decisiones como «golpe electoral».Las distintas reacciones del madurismo tras el 6-D coloca al país en un peligroso contexto de confrontación que habría que preguntarse a quién le conviene. Habría que preguntarse por qué antes de instalar la nueva AN ya se niegan a la conciliación, al diálogo, al entendimiento necesario para superar la grave crisis nacional, pareciera que lejos de evitarla buscaran profundizarla.Nadie sabe qué facción apuesta a ese escenario dentro del chavismo, ahora está más fragmentado y enfrentado, pero sabemos que lejos de apostar a la alternancia, jugarán a rotarse el poder, porque es lo único que le garantizará [email protected] @Brianfincheltub


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