Visitar la fértil hacienda El Tanque en Margarita resulta un feliz descubrimiento. Más cuando es posible conocer su historia centenaria como uno de los sitios donde se elaboró ron en la isla hasta mediados del siglo XX. En ese lugar verdísimo, en Pedro González, aguarda una casona colonial restaurada y en una de las salas, un alambique antiguo gracias al cual, una mujer de temple llamada Victoria de Alfonzo, obtuvo en 1880 la licencia número 5 del país para el aguardiente que allí destilaba. El mismo que luego pasaba durante seis meses a una sala de barricas, también recuperada, donde más de un siglo después el ingeniero Ricardo Hernández, amable anfitrión, va relatando esa historia que revela cómo la isla también fue territorio de ron venezolano.Un manantial explica por qué ahí se hacía el destilado. Alrededor de la serena casona aguarda su verdor que se agradece. También una siembra de berenjenas y ají margariteño con una singularidad. «A los amarillos que se dan en esta zona les llaman el oro de Pedro González», cuenta Hernández, que es parte de la familia que acaba de abrir la hacienda para recorridos guiados. Esos ajíes que allí crecen son los que la talentosa cocinera Esther González, su gran aliada, prepara en La Casa de Esther. En ese lugar ensayan sus propuestas de destilados artesanales que hacen en un pequeño alambique y que combinan con el aroma del ají o con las frutas que cosechan. Elaboran cocteles que aprovechan lo que se da en sus tierras o crean su propia versión del grog, el destilado que tomaran piratas y en los navíos ingleses. Lo que antes fuera un tanque ahora es una piscina que invita a quedarse. En sus salas estrenaron los domingos la posibilidad de desayunos con carta de la cocinera Yuraima Blanco. Apenas comienzan a recibir visitas, pero tienen el entusiasmo de quienes generan novedades con gusto y ofrecen sabores «kilómetro 0», mientras aprovechan lo que proporciona su tierra. Durante el mes de Margarita Gastronómica hicieron un par de recorridos.Para contactarlos se puede escribir a [email protected] Instagram y Twitter están como @haciendaeltanqueBuen beberMiro [email protected] loco 15Distribuye: Dorta&ScrsTeléfono: (0212) 371 0440La historia de este vino es bastante curiosa y su extraño nombre proviene de su promotor principal al que apodaban así, quien, aunque ya no tiene nada que ver con la bodega, dejó su marca. Es un vino chileno que cambia con cada nueva edición. No hablo de peculiaridades de cada cosecha: hablo de que es cada vez un nuevo vino hecho con uvas que nadie sabe en definitiva cuáles ni cuántas son, salvo el enólogo. Por eso verán que en la etiqueta no hay añada, sino un número que, en este caso, es number fifteen, así en inglés. Comenzaron en 1994 cuando un nuevo enólogo encontró unas barricas que nadie sabía de qué eran, las mezcló y sacó un vino fuera de serie, ya que no tiene añada y reúne diferentes cosechas, viene de distintas zonas de producción y de todo tipo de uvas que cambian en cada edición. Cuando se agota la mezcla, hacen una nueva y, así, cada vez que es necesario. Por eso, hacer una cata vertical, comparativa, para ver su evolución, es inútil, pues solo se puede determinar cuál corte gusta más. Obviamente, la idea es buscar lo mejor de cada parcela y cada uva. Luego, con sabiduría, equilibrar la mezcla para sacar lo mejor con lo que tienen. Su precio, como su nombre, también es loco. Se trata de un vino para ocasiones especiales y bolsillos generosos. Si consiguen un amigo que los invite, mejor.


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