Unas sobrias sillas, diseñadas por Cornelis Zitman en la década de los cincuenta, recuerdan la belleza de la calidad perdurable. Son parte de la bienvenida a quienes llegan a La Esquina, un lugar hermosamente ideado para aprovechar las ventajas del clima caraqueño en sus terrazas y que cuenta con dos barras que crean ambientes distintos para quienes deseen cambiar de lugar en una sola velada. La iniciativa es de tres jóvenes socios, todos en la treintena, que se estrenan en las exigencias de un restaurante con este local, parte del hotel VIP de Altamira, que permanece abierto no solo para los huéspedes.La carta de La Esquina es ideada y propuesta por su chef asesor Eduardo Moreno, quien ahora reparte sus esmeros entre este sitio, La Isabela y como chef ejecutivo de Le Gourmet. Aquí propone platos con un sello distintivo para un lugar que se estrenó el pasado diciembre con desayunos diarios, en enero extendió la oferta a almuerzos y a partir de este mes abre también de noche. Abren diariamente a las 7:00 am, con una propuesta matutina en la que sirven varias opciones, como pisillo con mini arepas o su versión de huevos benedictinos. La dinámica sigue en almuerzos con una carta que Moreno presenta como «divertida» y los dueños como «confort food», para un espacio que busca ser elegante y a su vez relajado, siempre con música de fondo. En el menú no hay limitantes de fronteras, por lo que pueden comenzar con pan pita tostado en una crema de ricotta, espinacas y dátiles, proseguir con tartar de carne trufada, seguir con una costilla de cerdo en especias cocinada al vacío y cerrar con unas bien logradas milhojas con yogur y frutos secos. En la noche, la carta está pensada para que se pueda compartir y picar prescindiendo del cuchillo.La Esquina está en la tercera transversal con San Juan Bosco, Altamira. Abre de lunes a viernes, desde las 7:00 am hasta la cena. Sábados y domingos, desde las 8:00 am. En las redes @laesquinaccsBuen beberMiro [email protected]ÍO PEPEDistribuye: Casa OliveiraTeléfono: (0212) 238 5380El vino oxidado tiene su encanto y el mejor ejemplo es el de Jerez, donde su mayor defecto se transforma en virtud. Junto con los vinos de Oporto, los de la D.O. Jerez han sido desde sus orígenes vinos viajeros, producto de su elaboración mediante sistema de solera, cuya clasificación es complicada de entender, con productos que van desde los extremadamente dulces hechos a partir de la cepa pedro ximénez, hasta los casi salados que recuerdan la baja marea. Entre nosotros el mayor consumo de estos vinos se registra en la mala costumbre de regar con ellos una paella al momento de servirla, cosa que no ocurre en ninguna parte del mundo, salvo aquí. No son vinos económicos, pero sí rendidores. Basta una o dos copas para degustarlos a plenitud. Cuatro etiquetas se consiguen hoy en el mercado, desde el más económico, J. Manuel Morales (Bs 12.875), hasta el más costoso Alvear Pedro Ximénez (Bs 103.266). Entre todos, el líder indiscutible sigue siendo el fiel Tío Pepe de la prestigiosa bodega González Byass, que comenzó con lo suyo en 1835 y hoy es el de mayor prestigio internacional. ¿Es un vino difícil? Para nada, es un vino diferente, de color amarillo pajizo, de notas almendradas, seco, salino, persistente. Bueno como aperitivo o para acompañar un buen jamón de cerdo ibérico, o unos mariscos yodados o, simplemente, para beber su esencia distintiva, casi nostálgica de otros tiempos.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!