?Adónde, oh espléndida nave?. Marguerite Yourcenar. (1) 1. GAN to GANHace veinte años, con motivo del vigésimo aniversario de la Galería de Arte Nacional, escribí un articulo para este mismo periódico titulado ?Una galería para el arte nacional? (2). En aquel momento se hallaba en plena construcción en el parque José María Vargas la nueva sede de la GAN y aún no había tenido lugar hasta allí la mudanza desde el edificio del Museo de Bellas Artes (Carlos Raúl Villanueva, 1936).La arquitectura proyectada en 1988 por Benacerraf & Gómez aún era un sueño; la estructura solo estaba construida hasta la planta baja, y la larga cubierta traslúcida apoyada en su larga hilera de ?palmeras de concreto?, todavía no se desplegaba impecablemente entre la avenida México y la avenida Bolívar. Por lo tanto en aquel entonces impulsábamos con entusiasmo su conclusión, anunciando el futuro glorioso que tendría la GAN a partir de la materialización de sus nuevos, generosos e innovadores espacios a las riberas de un río Anauco que, también por virtud del parque Vargas, sería desenterrado en medio de un jardín a todo lo largo de la estación Bellas Artes.Hoy, veinte años después, la GAN está celebrando su cuarenta aniversario, ya en su nueva sede, donde está desde 2009. Por esta razón el pasado viernes 15 fuimos invitados a hacer un recorrido por ambos edificios, desde el MBA hasta la GAN, escuchando a Juan Pedro Posani en el patio del primero y a Carlos Gómez de Llarena en la galería del segundo. Una bella idea de la propia GAN que ojalá más personas hubieran tenido la oportunidad de disfrutar.Volver al museo de Villanueva de 1936 es como volver a la infancia, y por lo tanto siempre un regreso inconmensurablemente feliz. Con elocuentes palabras, el profesor Posani nos habló de la arquitectura del maestro Villanueva, tan internacional y caraqueña a la vez y tan capaz de convocar la ensoñación arquitectónica. Mientras lo escuchábamos, el patio, con su suave curvatura y su profundo deambulatorio porticado se nos iba pareciendo cada vez mas al del Petit Palais, mientras que su monumental árbol de Cepillo, sempiterno junto a su pileta, parecía cada vez más necesitado de una declaratoria individual de patrimonio como supremo árbol moderno de Caracas.La apacible charla del MBA pasó a ser tertulia y luego de nuevo charla. El inseguro estado general de las cosas en la ciudad nos hizo a todos salvar el trayecto a pie entre ambos edificios sin decir palabra, para de alguna manera ahorrarnos la pena.Retomando el hilo, ya en el atrio de  la GAN, el arquitecto Gómez de Llarena (autor junto al arquitecto Moisés Benacerraf del parque Vargas del cual la GAN es pieza fundamental), continuó con el mismo tono pausado y apacible del comienzo, ese que mejor le viene a una conversación inteligente de arquitectura. Brevemente, repasó todas las ideas de su proyecto, tan ligado a la historia de la arquitectura universal y a las ideas del museo y de la galería, dando una explicación de su pionero y altamente sistemático funcionamiento, que a la vez está tan casado ?y cosido? con la ciudad alrededor. A Caracas.Y ahí, mientras lo oíamos, mirábamos hacia el este hacia el patio de esculturas de la GAN, contemplando en silencio su vasta explanada abierta y su promesa de jardín urbano poblado de arte, y mientras eso hacíamos? veíamos reaparecer gradualmente en su superficie aún desnuda el Abra Solar de Alejandro Otero, quien fuera fundador de la GAN, tal y como la vimos dibujada una vez en la perspectiva original del proyecto. 2. VamosAunque estemos en tiempos de que nuevos museos como el recién inaugurado The Met Breuer de Nueva York celebren la poética que encierran las obras de arte abiertas, incompletas, no terminadas, no finitas, y en ello exista una maravillosa vertiente y filón para la práctica del arte, el encontrar a la GAN en 2016 así, inconclusa, es en cambio un contemporáneo reto común, que nos hace renovar nuestros votos de 1997 para reiterar desde aquí: ¡vamos a terminarla! (3).Hagamos para ello, pues, memoria urbana. ¿Qué había para la GAN proyectado que no se ha materializado? Aparte de los ascensores que tanta falta hacen y que imposibilitan el acceso al nivel superior de las personas discapacitadas, la máxima institución artística del país espera porque se concluyan sus remates norte y sur, es decir: al norte, sus oficinas principales, su auditorio y su cafetería, y al sur, su sala de usos múltiples y sus talleres infantiles, corazón fundamental de los programas educativos de la GAN desde siempre. La buena noticia es que el edificio recuperó toda su área sur, erróneamente destinada a un museo de arte popular que no tenía razón de ser, ya que ello forma parte del programa original de la Galería de Arte Nacional desde que fuera creada por Miguel Otero Silva, Manuel Espinosa y Alejandro Otero en 1997.Mientras tanto, en el sótano, bajo toda el área del patio de esculturas, todavía queda por completar la extensión de las áreas del CINAP y otros servicios y construir las instalaciones del Centro Nacional de Restauración, el cual permitirá que las obras de arte de todos los museos de Venezuela puedan venir allí para ser restauradas o bien embaladas y enviadas a exposiciones en todo el mundo, como el gran centro de distribución del patrimonio artístico de la nación que debe ser.Las ciudades toman siglos en construirse. Los edificios pueden a veces tomar décadas. En su cuadragésimo aniversario, la nueva sede de la GAN merece ver concluidos felizmente todos los aspectos de su programa original, para poder cumplir así su gran proyecto para la promoción, disfrute y resguardo del arte nacional. ¡Vamos! NOTAS:1. Marguerite Yourcenar. Memorias de Adriano, Narrativas Edhasa, Barcelona (1982).2. Hannia Gómez. ?Una galería para el arte nacional2, Arquitectura, EL NACIONAL. Caracas, 11 de Marzo (1996); Revista Estilo. Caracas, (1996): http://hanniagomez.blogspot.com/2007/08/unagalera-para-el-arte-nacional.html3. The Met Breuer. Unfinished: Thoughts Left Visible, Nueva York (2016): http://www.metmuseum.org/exhibitions/listings/2016/unfinished


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