Maduro últimamente ha caído en un mar de contradicciones. En el acto de firma del acuerdo de respetar el resultado de las elecciones ?propuesto por el PSUV y acogido por el CNE como suyo?, El Nacional reseña que advirtió que la oposición no estaba haciendo campaña sino preparándose para un golpe (?) pasados los comicios parlamentarios, para luego vociferar, repetidas veces, que había que ganar las elecciones ?como sea?. ?Ustedes saben lo que significa eso, ¿verdad??, interrogó a los asistentes a la concentración. ?¿Por qué digo eso? (…) Porque la derecha no está haciendo campaña electoral para ganar las elecciones, ¿no??, al mismo tiempo quienes aplaudían hacían esfuerzos por entender el acertijo que les planteaba el presidente de la República. A quién se le ocurre semejante ?proclama? durante la firma de un compromiso de respeto a los resultados electorales. Las palabras tienen un valor de credibilidad, si no, el riesgo de no ser tomado en serio es grande. Un político se alimenta de la confianza que le tengan sus seguidores; de lo contrario, esa confianza y el respeto se erosionan, los apoyos se diluyen y el político es considerado mentiroso. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Primero que nada para ?ganar como sea?, tal como ruge Maduro, significa que no va a respetar la voluntad popular, pero además, y allí está la principal debilidad de quien profiere tales amenazas, hay que contar con el músculo necesario para crear un caos de aquí al 6 de diciembre de tal magnitud que las mayorías nacionales que claman por un cambio, tal como lo expresan todas las encuestas, se den por vencidas antes de tiempo. Los tiempos para las bravuconadas se vaporizan, proporcionalmente a la arrechera y molestia de la gente. Maduro intenta debilitar el voto como instrumento de cambio democrático. Pero luce muy difícil modificar la intención de participación de quienes anhelamos una Venezuela mejor, donde tengamos cabida todos sin discriminaciones y exclusiones aberrantes. Ahora bien, volviendo a las afirmaciones de marras, la respuesta tiene que ser una firme y decidida convicción democrática. Nunca la oposición estuvo en una mejor disposición para imponerse a la trampa, al ventajismo, al chantaje… Maduro sabe que tiene perdidas las parlamentarias, y eso representa un duro golpe a su menguado liderazgo. Recordemos que las victorias tienen muchos padres, pero las derrotas, históricamente ha sido así, tienen un solo culpable. De allí, la práctica de los políticos europeos de renunciar a su liderazgo y apartarse, luego de no llevar a buen puerto a sus partidos. En América Latina el ejemplo es contrario, les cuesta mucho a los dirigentes hacerse a un lado, así sus partidos no levanten cabeza por años, los ejemplos sobran. Para Maduro llevar a cabo su tan anhelado ?ganar como sea?, tendría que hacer lo que le endilga a la oposición, desconocer los resultados y dar un cuartelazo ?si logra acompañantes para esa aventura? en el que quedaría muy mal parado. Venezuela entraría en una espiral de inestabilidad, de consecuencias impredecibles. No le arriendo la ganancia… @Freddy_Lepage


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