Este sábado 21 de noviembre se bautiza en Kalathos Derrotar la desigualdad, un libro que no solo encara uno de los problemas más graves de este siglo, sino que propone líneas posibles de acción para iniciar su abatimiento. Fundavag Ediciones reunió en esta publicación más de 20 propuestas y alternativas que pueden desarrollar tanto el gobierno como el empresariado y las diversas organizaciones de la sociedad; pero además, en la bibliografía venezolana de temas sociales es un libro absolutamente novedoso tanto por su enfoque plural, como por el abordaje simultáneo de una docena de temas y, también, por la calidad de los autores con los que se logró culminar la obra. Así describe la sustancia de esta nueva edición, el curador y también autor de uno de los 15 ensayos, Joaquín Marta Sosa, que aborda ese conflicto de los límites entre la igualdad y la desigualdad.Entre los autores que integran el trabajo, casi todos venezolanos, está el filósofo español, Fernando Savater, quien comienza su reflexión con una copla española: «Igualdad oigo gritar al jorobado Torroja, ¿quiere verse sin joroba o nos quiere jorobar?».»La igualdad siempre se mueve. La igualdad, la desigualdad, la lucha contra una y el establecimiento de la otra: siempre se mueve en esos dos campos», señala Joaquín Marta Sosa, quien junto al padre Luis Ugalde, autor de uno de los análisis (Contradicciones religiosas y desigualdad), presentaron en la UCAB esta propuesta de pensamiento y acción, durante el Congreso Nacional de Ciencias Sociales que transcurrió la semana pasada en la universidad.Ahora, la Fundación Rosa y Giuseppe Vagnoni, presenta al público este libro. «Se interna (el libro) en el origen de la multitud de combates ideológicos, filosóficos, políticos (…) y que nosotros quisimos hacer a partir de esa idea principal: que la nuestra fuese una aproximación intelectual, reflexiva, pero al mismo tiempo, práctica y fácil, que fuese moderna y que su manera de asumir el tema, que de ninguna manera debía ser reduccionista: es decir la desigualdad no puede reducirse al núcleo de lo socioeconómico. Y a todos los autores les dimos una absoluta libertad para que trabajaran las líneas de su tema», precisa el curador. Los ensayistas que se sumaron a esta propuesta son Roberto Briceño León, Nicmer Evans, José Guerra, Tosca Hernández, Vicenzo Piero Lo Mónaco, Margarita López Maya, Marco Negrón, Elías Pino Iturrieta, Olga Ramos, Víctor Ramos, Carmen Luisa Reyna de Roche, Armando Rojas Guardia, Fernando Savater, Luis Ugalde, Filippo Vagnoni y Marta Sosa, coordinador de la edición.A continuación, un fragmento de Derrotar la desigualdad (El reto crucial de nuestro tiempo): «¿Qué viene a ser el punto de vista del libro, la igualdad? Aquello que cuestiona profundamente al poder (…) el poder se apropia de los recursos, para constituir un status quo que va reproduciendo la desigualdad. Reducir la pobreza tiene que ver, de alguna manera con darle una alternativa a la inequidad salarial. Y otra constatación: que ni pobreza ni capitalismo explican por entero el tejido de la violencia.Ahora bien, ¿quién sería el responsable de reconstruir una relación distinta? Según algunas teorías el Estado. Según este libro, el Estado lo es, pero la ciudadanía también tiene alto grado de responsabilidad. Se trata, probablemente, de emprender una larga marcha de la desigualdad a la igualdad. Comenzar por democratizar no sólo las oportunidades, sino democratizar las condiciones que permitan que grupos sociales, que esos individuos que se insertan en el mercado laboral, en el cultural, en el mercado intelectual, puedan efectivamente desarrollar escalas más altas de igualdad.»Convivir», una máxima para Savater, significa mantener unos con otros, relaciones de solidaridad, lo que no significa que nos vistamos iguales, pensemos iguales, todo lo contrario: sólo la potenciación de la persona, de la individuación, libertad, y soberanía de la persona, pueden dar pie a una solidaridad social enriquecedora.Uno de los autores señala que la demanda de la igualdad es la raíz de la conciencia social y mientras más se desarrolle, la igualdad se hace mucho más profunda.El libro se abre con una cita de alguien que no es filósofo profesional, pero hace cosas de filosofía, James Branch Cabell, él dice: «El optimista es el que cree que el mundo en el que vivimos es el mejor posible, y el pesimista es el que dice que eso es verdad», que no podemos vivir sino en este mundo, por malo que sea dirá el pesimista, que no necesitamos cambiar este mundo porque es el mejor posible, dice el pesimista». No obstante, al menos en este libro, lo que se fija, siguiendo tres o cuatro de los trabajos, es que sólo el optimista es útil para cambiar las cosas, el para el pesimista simplemente «no se puede hacer nada».Y la historia no es más que la historia de que las cosas han cambiado, la historia de las ideas no es más que la historia de que las cosas han cambiado: no todo lo que deben cambiar, no, porque también el libro señala que todo problema vinculado a la desigualdad u otros aspectos, tienen soluciones y todas son provisionales, todas.»


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