En los cuadros vibran los colores. Salen de los gestos, se hacen textura, latigazo y grumo; transforman al cuerpo humano en un instrumento de múltiples formas para despertar emociones. Las piezas, todas de gran formato, constituyen la individual de Jorge Pizzani Corte masivo, que fue inaugurada el domingo y estará abierta al público hasta el 1º de mayo en la Sala TAC del Trasnocho Cultural.La exposición se convirtió en una vía de escape para el pintor, dibujante y diseñador gráfico nacido en Acarigua a finales de los años cuarenta. Es una manera de circular una cantidad de trabajo que ha venido desarrollando en la última década. El mismo Pizzani hizo la selección y elaboró su discurso pictórico, en el que confluyen la alegría y vivacidad de los elementos corpóreos: rostros, miradas y personajes en situaciones particulares, así como la ansiedad que genera la situación política actual. Para crear esta energía utilizó materiales como óleo, acrílico, pintura industrial y diversos elementos sobre la tela. ?No he podido evitar al país. Lo que sucede nos afecta frontalmente. En la muestra hay elementos como el envilecimiento de los símbolos, su manoseo impenitente, sobre todo a la imagen de Bolívar, a quien desvanezco en situaciones que son de las que ellos se apropian y que ocultan una realidad absolutamente fantasmal. Con esa elegía que hacen de sí mismos, los personajes se deforman?, expresa el artista. En esta tónica se presentan al público piezas como Amargo de Angostura, Salón nacional, Los años crueles y una denuncia titulada El patriota cooperante, un acrílico y petróleo sobre tela realizado entre 2013 y 2015 en el que el pintor muestra a dos perros como entrelazados: uno cabizbajo, casi vencido, y el otro con mirada de un intenso rojo; sobre ambos, un ojo mira el entorno, al espectador, al mismo artista.La tensión que invade Corte masivo se refleja también en piezas como De cierta ironía, un impactante rostro casi cadavérico que rinde un discreto homenaje a Pablo Picasso en el uso de los colores primarios. Pero luego baja en piezas más cotidianas, tales como El bautizo de Pablo y El cumple de Pablito, en los que los turquesas apaciguan lo dramático, y los ocres y naranjas tostados sensibilizan la percepción. ?Es la vida misma, tiene esa peculiaridad. Vivimos el drama pero no todo puede ser eso, se trata también de buscar vertientes para compensar. Aquí hay mucho también de la pintura por ella misma, en las que existe un tratamiento del color muy acorde con esas atmósferas. Es el amor que llevan por dentro, que de alguna forma se hace manifiesto?, agrega.Las obras son trabajadas una y otra vez luego de ser expuestas ?es la metodología de Pizzani? hasta que finalmente establecen un diálogo con el artista, quien decide que es momento de desconectarse de ellas: ?Es cuando veo que hay mayor libertad?.El pintor, que ha encontrado en la figura humana toda la intensidad de su obra y una referencia inagotable, asegura que a pesar de la situación crítica que atraviesa el país, la adversidad genera eventos extraordinarios: ?Vivimos una etapa en la que se quiere imponer un pensamiento único y un modelo fracasado que no tiene justificación. Algo irracional que te genera un estrés enorme. Pero creo que el discurso del artista se hace más rico, porque cuando uno está tan oprimido tiene que lograr artificios enormes para la comprensión del fenómeno y luego buscar salida. Esta es una olla de presión que se transformará en algo que ha sido contenido por la represión?. Jorge Pizzani. Corte masivoSala TAC, Trasnocho Cultural, Las MercedesHorario:Entrada libre [email protected]


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