Mario Vargas Llosa vio hace cuatro días a Carmen Balcells, la agente literaria de varios escritores iberoamericanos, y tuvo el presentimiento de que sería la última vez que lo haría. ?Su físico estaba realmente en ruinas y era imposible no preguntarse cuánto tiempo más esa ruina física seguiría sosteniendo a esa maravillosa cabeza y esa energía indómita?, escribió Vargas Llosa en la edición digital de El País.Su percepción no fue errónea. A los 85 años de edad murió ayer en su casa, en Barcelona, quien es considerada una de las personas fundamentales de las letras iberoamericanas de los últimos 50 años. Fue repentino, dijeron sus familiares, quienes quieren que el entierro sea en la intimidad. Además de haber sido la representante del autor de La ciudad y los perros, Balcells fue agente de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, José Donoso, Pablo Neruda, Julio Cortázar, Vicente Aleixandre, Miguel Ángel Asturias y Camilo José Cela.Uno de los planes que no pudo concretar fue la asociación con su colega anglosajón Andrew Wylie, para crear una superagencia que cuidara de los intereses de miles de autores, 13 de ellos premios Nobel.


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