La sala está llena de violines, cuerdas e instrumentos de viento del lado derecho. Por el izquierdo, se sienta el pianista y algunas guitarras; atrás el baterista. Los músicos esperan de pie mientras el director toma posición y da la bienvenida al invitado principal. Eric Séva toma el centro del escenario. Comienza el concierto como en una especie de trance de fantasías. Como si le diésemos la bienvenida a las estaciones. Como si nos insertáramos en aquella película animada con los hipopótamos danzantes. Fuimos hipnotizados por el flautista.El viernes 19 de febrero el teatro del Centro Cultural B.O.D sirvió de anfitrión al compositor francés Eric Séva. En una gira organizada por Fundamusical ?Fundación Musical Simón Bolívar? junto a la Alianza Francesa y a la Embajada de Francia, el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela organiza tres conciertos acompañados por Séva como parte de su agenda por su 41 aniversario. Motivado por un encuentro con la Simón Bolívar Big Band Jazz en octubre del año pasado en Francia, el reconocido saxofonista visita Venezuela desde el 15 de febrero hasta el 5 de marzo para una serie de conciertos en Caracas, Mérida y San Felipe y para dictar algunas clases magistrales dentro de El Sistema.En la torre de La Castellana, el primer set comenzó con algo clásico que luego fue introduciendo sonidos del jazz. La pieza, Confluences, fue escrita por Séva para orquesta sinfónica y cuarteto de jazz. Esa noche de estreno, el cuarteto estuvo compuesto por Andrés Briceño en la batería, Alí Paiva en el contrabajo, Antonio Utrera en el piano y Séva en el clarinete. La orquesta fue la Sinfónica Juvenil del Conservatorio de Música Simón Bolívar dirigida por el maestro Eddy Marcano.Intermedio. La segunda parte abre con una muestra del impresionante poder en el sonido de la Venezuela Big Band Jazz, esta vez dirigida por el maestro Pablo Gil. Transit, compuesta también por Séva, despierta a la sala. Un hombre en el público no deja de gritar ¡?Magnifique?! ?a disgusto de los demás? y hace voltear varias veces al francés que hace señas de agradecimiento.  El set combinado entre las piezas compuestas por Séva y las improvisaciones con toques de ritmos venezolanos hacen que hasta los músicos no dejen de mover los pies. Es un intercambio cultural. Es el clímax de la noche. ?Une formidable Nuit de Jazz?, podemos asegurar. Un privilegiado encuentro.La noche casi terminaba. Ya el público aplaudía de pie gritando ?otra? ?como de costumbre en Venezuela? y casi se resignaba a despedirse cuando el maestro venezolano y el jazzista francés se miraron con complicidad. Los músicos volvieron a sentarse y comenzaron una improvisación maravillosa que seguramente duró más de 5 minutos ?adivino porque quién podría mirar el reloj en ese momento?. Cada instrumento pasó al centro del escenario. Se presentaron uno a uno con un solo. Sin palabras ellos, sin palabras nosotros. No hubo más que volver a aplaudir de pie.  Casi ha terminado la visita de Séva a nuestro país. Le queda un concierto más. La cita es este sábado 5 de marzo en el auditorio del Colegio Emil Friedman, en Caracas, a las 4:00 pm. Le acompañará la Simón Bolívar Big Band Jazz dirigida por el maestro Andrés Briceño. 


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